martes, febrero 17, 2009

Kandire y Humanismo

Kandire Federal es la Tierra sin Mal
POR: ÁLVARO JORDÁN
Boletín 61 de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos de Santa Cruz, Abril 2008, Ind. Graf. Sirena. Santa Cruz
Resumen.
El Libertador Grigotá, nativo del Kandire, fue el primer defensor de los intereses de nuestros pueblos y construyó las bases de la primera federación de pueblos libres de los llanos (Chané, Chiriguanía, Chiquitos y Xarayé) y del Kollasuyo, bases mínimas, sobre las que se podrá reconstruir la unidad de lo que hoy constituye Bolivia.
La Cultura Chané es un inmenso saber de los pueblos nativos americanos, quienes habiendo experimentado una misma realidad, la sequía del siglo IX, ofrecen a la civilización occidental formas distintas de vivir y entender el mundo, entregando un horizonte para trazar un camino nuevo para la cultura, la vida y el pensamiento de la humanidad toda.
Desarrollo.
Las primeras migraciones que llegaron a América se realizaron por el estrecho de Bering, según el antropólogo norteamericano-polaco Alex Hardlicka , durante el largo periodo de la última glaciación. Algunos autores indican que se habrán producido hace 12.000 años y otros extienden su realización hasta 60.000 años. En todo caso se produjeron varias oleadas migratorias, bastantes distanciadas en el tiempo, de diferentes orígenes y con un nivel cultural correspondiente a distintos grados de desarrollo, dentro del estadio del salvajismo. Estos son los pueblos americanos más antiguos.
Otro conjunto de migraciones se produjeron 3.500 años antes de nuestra era (ane). Desde las islas de Indonesia y Filipinas, navegando sobre el Océano Pacífico , atracaron en las costas del Ecuador y Perú, por donde penetraron al continente sudamericano. El grupo principal fue el que dio origen a la familia arawak, el que se extendió por el sur, hasta el norte argentino, cubrió el Chaco, la cuenca amazónica, los contrafuertes de la cordillera andina, la costa norte de Colombia y Venezuela, llegando a poblar las Antillas Mayores e incluso el sur este de Norteamérica. Esta migración traía un desarrollo cultural superior a las que llegaron antes, tal vez correspondiendo al estadio de la barbarie superior. Un segundo grupo, llegado probablemente antes que el arawak, fue desplazado hasta los territorios orientales del río Paraguay y dieron origen a la familia tupí guaraní y el tercer grupo, también llegado antes que el arawak, conocido como caribes, encontró su nicho en las costas del Orinoco y las Antillas Menores.



Hubo un tercer conjunto de migraciones. El investigador Méndez Correa sostiene que vinieron desde Australia, 6.000 años ane y dieron lugar a pueblos en el sur del continente, ahora conocidos como tehuelches, onas, alkalufes, yaganes y otros.
Los distintos orígenes de las migraciones, así como las distintas épocas en que se produjeron explica la presencia de rasgos pertenecientes a variados grupos raciales. Existe un sustrato generalizado en el continente de origen mongol, con cabellos negros y lacios y ojos semirasgados, pero existe una parte importante de pueblos nativos en el que se distinguen cabellos de color castaño oscuro y levemente ondulado y narices aguileñas, características caucásicas que no tienen nada que ver con la raza mongola. De igual manera la variación de la piel va desde el moreno claro amarillento como algunos nativos de las llanuras amazónicas hasta el bronceado oscuro de pueblos del altiplano
Con este mestizaje racial evolucionaron tres centros culturales muy avanzados en el continente americano: El Gran Paitití ubicado en los llanos amazónicos, región actualmente conocida como llanos de Mojos. El Tiwanaku ubicado en el Altiplano andino, en los alrededores del lago Titikaka, y el Imperio Maya ubicado en la península de Yucatán, en Centroamérica. Irradiaban su influencia al resto del continente, generando otros centros secundarios.
Ninguno de estos tres centros culturales existía cuando el continente fue invadido por los europeos, en la centuria de los años del 1.500. Hasta hace muy pocos años no se conocía con certeza las causas por las que se habían desintegrado estos centros culturales. Los investigadores de los orígenes, de lo que han denominado el “colapso maya,” se han puesto de acuerdo en que en el siglo IX hubo una sequía extrema. Así por ejemplo Tom Sever, entre otros, Arqueólogo del Centro Marshall de Vuelos Espaciales , comenta: “ La causa principal fue una escasez crónica de alimento y agua, debido a cierta combinación de la sequía natural y la deforestación ocasionada por los seres humanos”. La falta de alimentos provocó una crisis que se expresó en una gran convulsión social, rebeliones populares, con guerras entre los pueblos y finalmente el abandono de las ciudades. Posteriormente se reconformó la sociedad, desarrollando las características con que la encontró la invasión española.
El majestuoso centro cultural del Gran Paititi también llamado Gran Mojos, estaba ubicado en los llanos amazónicos del mismo nombre, el que es una deformación del antiguo vocablo precolombino Musus y en la época colonial fue conocido como Moxos. En los inicios de la época española era una leyenda difundida por la corona española para despertar las ambiciones en la aventura colonial, en parte apoyada en la memoria nativa de la antigua existencia del extraordinario centro cultural de los llanos de Musus, y adornada con riquísimos tesoros que la nobleza incaica habría traído en su huida de la invasión española, cuando Pizarro se apoderó del Tawantinsuyu, leyenda sostenida hasta en la actualidad por sectores hegemónicos altiplánicos a fin de presentar esta avanzada civilización, la de Mojos, como si fuera de origen incaico y así mantener una imagen de inferioridad de las culturas llaneras, en el afán de sostener el coloniaje interno.
La civilización del Gran Mojos se asentaba en la limnocultura , desarrollada buscando los beneficios que aportaba la explotación productiva de la fertilidad del agua. El lugar de asentamiento de este pueblo es un llano cuya superficie se inunda en épocas de lluvia y abarca hasta los 150.000 Km2. En él se instaló un pueblo creativo y pujante que no deja de admirar a los científicos de la actualidad y es un ejemplo de cómo encarar los problemas productivos en una zona de estas características. Por causas que todavía los expertos discuten, este fabuloso centro de civilización americana había desaparecido. Recién fue descrito en 1.956 por el Ing. Keneth Lee, aunque las innumerables lomas que la constituyen, como los extensos terraplenes, canales y lagunas artificiales siempre fueron conocidos y usados por los lugareños, a pesar de haber perdido el conocimiento en que se asentaba este sistema productivo.
La llanura amazónica como el resto del continente, también fue sometida, en el siglo IX, a los efectos de una severa sequía, que oscilaba entre periodos secos y húmedos de hasta treinta años y con una duración total, aproximadamente de 280 años, casi tres siglos para el área de Santa Cruz. Ver investigación de Álvaro Jordán sobre el origen de las lomas de El Palmar. Esto indica que tuvo una duración mayor que en Centro América, donde habría durado 100 años. Tanto en la saga nativa llanera como en la altiplánica existen relatos que recuerdan algunas de las calamidades provocadas por esta sequía.
Esta prolongada sequía, para una sociedad cuya producción se asentaba en la limnocultura fue de efectos desastrosos. El sistema productivo colapsó, no hubo excedentes para sostener la burocracia administrativa y las fuerzas coercitivas. Los centros poblacionales fueron abandonados, ya que cada individuo se vio obligado a buscar el sustento personal y el de su familia en los campos, generando núcleos fuertemente solidarios, asentados en el amor y el respeto, que con el tiempo crecieron y se transformaron en pequeñas comunidades fuertemente cohesionadas por el trabajo de todos a fin de lograr el sustento común. Los problemas los resolvían en reflexiones conjuntas, desarrollando de esta manera una democracia jamás vista. Practicaron la inclusión a fin de asimilar las experiencias logradas por los otros y respetaron las diferencias en la búsqueda de soluciones a los difíciles problemas que la escasez les imponía. Estos condicionantes los obligó a preservar un clima de paz como requisito indispensable para conseguir una colaboración más efectiva entre los distintos núcleos poblacionales.
Juan Carlos Ochoa Abaurre en su presentación de los pueblos que habitaban el área amazónica del Perú, reproduciendo los comentarios de Joaquín García, director del Centro de Estudios Teológicos de la Amazonía (CETA) y estudioso del pueblo Cocamas dice: Una Tierra Maravillosa y Brillante, una Tierra Nueva y una Tierra Buena, la Tierra sin Mal, es un lugar de abundancia, donde los frutos crecen espontáneamente y en exuberancia, donde trabajar la chacra (campo de cultivo) para cultivar la yuca, el plátano, el maíz y trabajar los arenales en las orillas de los ríos, donde producir el arroz, el fríjol, la sandia, el melón y el zapallo, no supone esfuerzo…. Este lugar es, también, un lugar de Paz sin guerras, de Libertad sin sometimiento, de Amor sin odio ni envidia, de Felicidad y de Bien sin mal. No sólo es una Tierra de delicias terrenales sino también un espacio sagrado para la Espiritualidad, la Creencia, la Adoración, el Ritual, lo Sobrenatural, lo Divino, la Religiosidad, el Chamanismo , la Etnicidad y la Identidad indígenas, que se expresan en la Naturaleza (sus seres, sus espíritus, su poder...)
En resumen, se puede decir que la sequía de 280 años de duración generó en estos pueblos una cultura de profundo contenido humanista con valores y principios, de paz, de trabajo, de democracia reflexiva, de respeto al otro con sus diferencias, de inclusión, solidaridad, amor y búsqueda de la perfección, enraizados en el comportamiento individual y colectivo. De manera que, luego de terminada la sequía, los pueblos de los llanos, preservaron estas relaciones productivas y sociales, generando una red de pueblos libres, cohesionados por la comunidad cultural y la palabra, base sobre la cual se construyeron flexibles relaciones de tipo federativo. Esta fue la fabulosa sociedad con la que se encontró la invasión española y no pudo reconocer ni valorar. Dió un contenido mágico a esta extraordinaria cultura, haciendo proclamar a Ñuflo de Chaves, fundador de Santa Cruz de la Sierra del Riquió, que era una necesidad el “poblar y desencantar la tierra ” para dominarla y explotarla, por supuesto con la espada, y no por el diálogo, al que los nativos estaban acostumbrados.
El pueblo chané preservó con extraordinaria pureza esta cultura, concentrando inevitablemente la atención de los invasores en razón de conformar una comunidad muy numerosa. El significado numeroso es el origen de la palabra chané. Era un pueblo de gente trabajadora, conocedora de la agricultura regional, pero lo más importante: era gente pacífica y generosa, con una voluntad muy condescendiente con las necesidades de los españoles. Estas razones se acomodaban a las ambiciones de los conquistadores, en forma especial, a fin de someterlos a su autoridad y beneficiarse con su explotación. De esta manera, en cuanto lograron quebrar la débil resistencia de este pueblo pacífico y se sintieron seguros, se instalaron en el centro de la nación chané, lugar donde ubicaron definitivamente la población de Santa Cruz.
El sometimiento de esta población a través de la esclavitud la hizo desaparecer rápidamente. La conciencia culpable de los españoles, con la actitud cómplice del centralismo republicano, hizo que borraran hasta el recuerdo de la población que inició el sustento productivo y reproductivo de Santa Cruz. Lo que no pudieron evitar fue la inexistencia de mujeres españolas en la aventura colonizadora, transformándose la mujer chané en la madre abnegada del ser cruceño y como tal incorporó muchos valores y contenidos sicológicos chané en su comportamiento, cuyo conjunto le da identidad. Ahora el nativo de Santa Cruz, en un proceso conciencial, se reconoce como descendiente mestizado del pueblo chané. Proceso similar sufrieron todos lo pueblos de la llanura, dándole uniformidad de nación.
Este es un resumen de los motivos por los que el libro “Kandire, origen y evolución del llano boliviano” , en honor y memoria de este sacrificado pueblo, identificó a la cultura nacida de la catástrofe de la sequía del siglo IX como la “Cultura Chané”. Reconociendo en principio, por lo menos en la etapa inicial, que el proceso fue más o menos general para los pueblos llaneros y del continente todo. Además recuperó, para nombrar esta región, la palabra sagrada Kandire, utilizada por el tupí-guaraní en su búsqueda de la Tierra sin Mal.
El nombre de Kandire, dado al mito de la Tierra sin Mal, tiene un origen mucho más profundo. Brota de lo más íntimo de la religiosidad tupí-guaraní, Aspecto que la iglesia intentó hacer desaparecer por todos los medios a su alcance y razón por la que la palabra sagrada Kandire sólo se preservó en la clandestinidad.
A fin de motivar la búsqueda de la perfección de la población, dentro de los valores promovidos por su cultura, el ritual sagrado de Kandire, guardado celosamente en secreto por los chamanes, expresa la transición del cuerpo a un estado de espiritualidad para las personas que habían alcanzado un nivel de perfección, sin pasar por la muerte. León Cadogan cuando recoge este rito nos dice: “El habitante de Yvy Tenonde no conocía la muerte tal como nosotros la conocemos: si era virtuoso y cumplía estrictamente con los preceptos de la raza, entonaba los cantos sagrados ejecutando la danza ritual acompañándose con el mbaraka , alcanzaba sin abandonar la tierra el estado de aguyje –perfección, gracia-. Este estado de aguyje le hacía merecedor de ingresar en los dominios de los dioses menores: Tupã Mirï Amba, sin sufrir la muerte. Al que alcanzaba el estado de aguyje, llamas de sabiduría divina le iluminaban el corazón; fuego divino le brotaba de las manos y las plantas de los pies; su cuerpo se volvía sutilísimo; y se incorporaba a las huestes de los bienaventurados habitantes del paraíso guaraní en donde él mismo creaba su mansión celeste, imperecedora, indestructible. Este tránsito de lo mortal a lo inmortal, de lo perecedero a lo indestructible, lo describen los Mbyá con la locución: ohupity omarã´eÿ rã –alcanzó su estado de indestructibilidad-; designándolo, en el vocabulario religioso, con la sentencia: oñemokandire ; o, simplemente: ikandire, y da una idea aproximada del concepto encerrado en la sentencia, la frase: el despertar a una nueva vida”.
A este contenido sagrado, comprendido en la palabra sagrada “Kandire”, fue al que recurrieron los sacerdotes para impulsar el viaje de los guaraní hacia Kandire, la Tierra sin Mal, ya que, a consecuencia de la sequía del siglo IX, las necesidades hicieron entrar en crisis a la sociedad. Se había transformado en una tierra del mal, y para contrarrestarla los chamanes indicaban que, en sus éxtasis rituales, se les había mostrado la Tierra sin Mal, a donde debían viajar para superar el mal que los agobiaba.
Unos viajaban hacia el este, según informa Ochoa Abaurre , reproduciendo a Curt Nimundaju, quien investigó en 1.912 este dinamismo religioso. Es la migración que realizaron los apapokúva, hasta llegar al mar. Otros buscaron la Tierra sin Mal en el oeste. Fue en 1.539 que tuvo lugar una gran migración de un grupo tupínamba de la etnia tupí-guaraní, desde Pernambuco en el Brasil hasta la ciudad de Moyobamba de la selva peruana, a donde llegaron 10 años después, en 1.549.
Los chamanes tupí-guaraní del este del río Paraguay, luego que conocieron la bondad de las tierras y de los pueblos chané, ya que allí la gente era pacífica, trabajadora y no faltaban los alimentos a causa de la excelente agricultura que desarrollaron, uniendo una necesidad socioeconómica con una mística, identificaron el Kandire con esta región, (Ver Calzavarini L. 1.980:p.50-51), e incitaron al pueblo a buscar la felicidad emigrando hacia el oeste, hacia los contrafuertes de los Andes, cruzando el río Paraguay y el Chaco, hacia la Tierra sin Mal, la tierra de la felicidad, de la abundancia y de gente buena: el Kandire.
Existen distintas versiones sobre las migraciones guaraníticas en búsqueda de Kandire. Según informa Calzavarini: Nordenskjöld (1.917:p.107-108) y Metraux (1.930:p.300-332) consideran que olas migratorias recién se habrían producido con la llegada de los españoles, sin embargo Garcilaso de la Vega ya indica de enfrentamientos del ejército tawantinsuyano con el chiriguano en el incanato de Yupanki (1.487-1.493). B. Susnik ubica las primeras migraciones en el siglo XII y según Saignes (1.985: p.187), basado en investigaciones arqueológicas, las migraciones se habrían producido varios siglos antes de la llegada de los españoles. Finalmente hay que mencionar que las investigaciones realizadas en Samaipata indican la presencia de restos arqueológicos guaraníticos en el Lugar de Encuentro ya desde el siglo IX, sobre restos más antiguos, de hasta 3.000 años, pertenecientes a la cultura chané. Es evidente que el nivel de homogenización cultural y lingüístico logrado, particularmente en la cordillera del sur, prueban la presencia guaranítica desde varios siglos antes de la llegada de los españoles. De esta manera se formó el chiriguano, de la complementariedad del guerrero guaraní con la trabajadora agrícola chané , mestizaje que dio nombre al pueblo de la Chiriguanía .
En el altiplano, la sequía del siglo IX también provocó la destrucción del Tiwanaku y la conformación de una sociedad similar a la de las comunidades llaneras, lo prueba la presencia de lo que hasta ahora se conoce como ayllus. La descripción hecha por Garcilaso de la Vega de “cómo vivían estos pueblos antes de los incas”, por la incomprensión general, es similar a la que hicieron los colonialista sobre los pueblos llaneros, aunque reconoce, por la cantidad de dioses, su parecido a la cultura griega. Sin embargo, algunos de estos ayllus, por razones que no es el caso analizar ahora, rápidamente recuperaron su condición de sociedad de clases y uno de ellos, el del Cuzco, logró imponerse y pudo organizar el Tawantinsuyu, estructura económica, política y social comúnmente conocida como Imperio Incaico.
Como todo imperio, el Tawantinsuyu se distinguía por su carácter expansionista y explotador. Fueron varios los intentos por someter a los pueblos de la llanura. Desde Pachakuteq (1.430-1.478) con sus afanes de esclavizar a Chunchos, Mojos y Antis hasta Waina Kapak, (1.493-1.525).
Según Alcaya, cura de Mataca, en su Relación Cierta…, realizada por su padre, Martín Sánchez de Alcayaga, capitán de Ñuflo de Chaves y encomendero fundador de Santa Cruz de la Sierra del Riquió, Waina Kapak envió a sus Generales Wakané y Condorillo con dos poderosos ejércitos para que cumpliera dos objetivos: consolidar la autoridad del imperio incaico sobre los pueblos kollas y otros del sur, a causa de su estado de rebelión creciente, y ampliar las fronteras del imperio sometiendo a los pueblos de los llanos, gente numerosa, trabajadora y pacífica, muy útil para el abastecimiento de productos tropicales y necesarios para la explotación minera. Wakané hizo de Samaipata su asiento de operaciones y logró hacer su aliado a Grigotá, ampliando su influencia a lo que se puede identificar como la federación de pueblos de Chané, Chiriguanía, Chiquitos y Xarayés, y Condorillo se hizo cargo de la explotación de la mina de Oro, según Marti Parssinen , en Saipurú, ubicado en los contrafuertes de la cordillera del sureste.
La federación de pueblos llaneros estaba representada en primer lugar por Grigotá, un experimentado conductor chané, que en la jerga actual tendría, aproximadamente, las características de un presidente. En segundo lugar, como representantes de las distintas comunidades, estaban sus colaboradores inmediatos: Vitapué, Tendi y Goligoli.
Grigotá dándose cuenta de la imposibilidad de enfrentar el poderoso ejército de Wakané aceptó una alianza con el Inca, una alianza, de sometimiento como todas las que se realizan con un imperio, ya que se vio obligado a entregar 40,000 jóvenes chané para la explotación minera.
Sin embargo posteriormente con el propósito de liberarse del acuerdo impuesto, lo más probable es que, en el espíritu de la solidaridad entre pueblos hermanos, pidió ayuda a los guaraníes del Itatín, pueblo de reconocida cultura guerrera y vecinos de los xarayé, ubicados en la margen izquierda del río Paraguay un poco hacia el sur. Por otro lado los chiriguanos eran descendientes mestizos de migrantes guaraníes, que habían venido en tiempos anteriores en busca de Kandire, la Tierra sin Mal, por lo que existía una solidaridad: por parentesco, lingüística, cultura y raza.
En 1.513 llegó a la tierra chané un ejército guaraní de 5.000 kereimbas (guerreros en español) del Itatín, donde permanecieron un año preparándose y reforzando el ejército con voluntarios chané, hasta formar uno de 20.000 guerreros. Después de esta fase de preparación y conocimiento del enemigo atacaron a Wakané, venciéndolo y eliminándolo. El segundo ejército encargado de la protección de la mina de Saipurú, al mando del Condorillo, también fue atacado y vencido, logrando el control de toda la zona de expansión llanera del imperio y logrando además la liberación de los kollas.
Enterado el Inca de la derrota de sus ejércitos, envió un nuevo ejército bajo el Mando del General Lucana, también apodado Turumayo, para recuperar el control de la región afectada, puesto que la derrota de Wakané y Condorillo no sólo había significado la liberación de los pueblos llaneros, y de los pueblos kollas, sino que dejaba en una situación muy arriesgada la seguridad del imperio. El ejército de la llanura también derrotó a las nuevas fuerzas invasoras del Inca, al mando del general Lucana, consolidando sus territorios.
La relación Chané-Guaraní establecida también tenía contenido de sometimiento, en la que los guaraní asumían el papel de patrones, aunque como guerreros también eran responsables de la seguridad, y los chané, en su calidad de siervos, eran responsables de la producción. En esta coyuntura, al formarse el ejército llanero, la mayoría de los guerreros eran de origen chané, por lo que el Grigotá aglutinó a su gente y expulsó a los guaraní, quedando de dueño absoluto de toda la región, incluyendo las comunidades de Chané, Chiriguanía, Chiquitos, Xarayé y Kollasuyu.
En este momento el Grigotá había logrado transformarse en la única autoridad de hecho de todo este gran conjunto de pueblos. Había expulsado las fuerzas del Inca y las fuerzas guaraníes. Con toda propiedad se puede decir que el Grigotá se transformó en el único Libertador, de origen nativo, que ha existido en el territorio que hoy es Bolivia, estableciendo las condiciones básicas para formar, por adhesión voluntaria de sus propios pueblos, por primera vez, esta unidad territorial de pueblos libres, cuyas características no podían ser otras que las que ya se habían establecido en la federación llanera. Sin embargo los acontecimientos que se sucedieron posteriormente no dieron el tiempo suficiente para consolidar la nueva realidad, esto es la federación llanera, ampliada con los pueblos kollas.
La expulsión de los guaraníes fue un golpe muy duro para el orgullo de este pueblo guerrero, acostumbrado a las victorias y no a las derrotas, por lo que rápidamente los itatines mandaron un nuevo ejército para lavar la afrenta, logrando vencer y eliminar a Grigotá y asumir el control de la región chané, región en la que los guaraníes siempre estuvieron interesados por ser esta zona el objetivo de sus migraciones hacia la Yvý marâeý o Tierra sin Mal, cuya expresión sagrada es Kandire. Si bien es cierto que consolidaron la federación resultante de la alianza chané-chiriguana, destruyeron la naciente alianza de la federación de los pueblos llaneros con los kollas.
De esta manera la federación de pueblos lograda por Grigotá en defensa de la dignidad de los pueblos contra la imposición imperial tawantisuyana y guaranítica es el mensaje práctico desde el fondo de nuestros orígenes de cómo resolver la conformación de la unidad de pueblos diversos a través de la adhesión voluntaria de pueblos libres en una red federativa, cuyo espíritu sagrado es el Kandire federal.
En un plano superior, Kandire federal simboliza la búsqueda de la Tierra sin Mal, búsqueda que con mucho esfuerzo enfrentan los pueblos sometidos por el poder de las fuerzas imperiales, disimuladas en la retórica de la economía de libre mercado. Es el gran esfuerzo que ya ha iniciado la humanidad por remplazar la vieja cultura del endiosamiento de la riqueza con sus rémoras de bajos instintos a los que recurre el uso de la fuerza para conseguir objetivos vedados. Es la urgente necesidad de rescatar la humanidad y la naturaleza del desorden y los excesos mediante relaciones equilibradas que aseguren la sobre vivencia de las generaciones futuras. Es la necesidad de empapar al ser humano de la Cultura Chané para asegurar un mundo de paz, equilibrio y felicidad.
Conclusiones
Como resumen podemos establecer que la diversidad de pueblos que se constituyeron en los llanos amazónicos y del Chaco, como consecuencia de la sequía extraordinaria que asoló el continente en el siglo IX, ante la falta de recursos materiales, los llevó a desarrollar una cultura, la que hemos llamado Cultura Chané, de contenido espiritual, asentada en valores humanista hasta ahora nunca incorporados a la civilización occidental.
Estos valores humanistas de convivencia pacífica, de trabajo, de respeto al otro en sus diferencias, de complementariedad, de inclusión, de solidaridad, de libertad, de amor y de búsqueda de la perfección fueron las bases sobre la que se asentó la relación de pueblos libres del llano; asociados en forma voluntaria y formando una red de relaciones flexibles, que tuvo mucha importancia en sus políticas defensivas, constituyendo los cimientos de una federación de pueblos libres y democráticos, unidos por la comunidad cultural.
A este conglomerado de pueblos trabajadores, donde existía la abundancia de alimentos y de gente buena, identificaron los chamanes guaraníes con su mito del Kandire, provocando la migración para asentarse en la Tierra sin Mal.
Las determinaciones políticas y militares asumidas por Grigotá en defensa de los intereses de su pueblo lo transforman en el único Libertador nativo que ha tenido el territorio que actualmente es Bolivia, ya que constituye la primera experiencia nativa, de contenido histórico, en el establecimiento de las bases mínimas, sobre la que se podrá reconstruir la unidad de los pueblos del Kandire, hoy Bolivia, fortaleciéndose con la unión voluntaria de pueblos dignificados por la libertad.
La investigación antropológica ha encontrado un inmenso saber cultural y religioso en los pueblos nativos americanos, quienes habiendo experimentado una misma realidad, la sequía del siglo IX, ofrecen a la civilización occidental formas distintas de vivir y entender el mundo, abriendo un horizonte para trazar caminos nuevos para la cultura, la vida y el pensamiento de la humanidad toda.

Canto arawak que recuerda la india Hirimay .
Cuentan que había una indígena llamada Hirimay que debajo del Samán entraba en suave trance y con voz profética contaba historias a los niños arawak, como la que sigue:
“Cuando ya no estemos con vida en esta tierra, todavía vivirá nuestro Dios, aunque con el tiempo caerá por el olvido de los nuevos hombres, algunas manos de gente buena le levantará, él quedará en el alma de todos, de quien le conozca, nuestro dios árbol, el Samán de Güere nunca morirá...”
Samán de Güere: Dios Arawak, en la época de la invasión española.


Bibliografía mínima

. Alex Hardlicka, Teoría del origen único. http://www.lacoctelera.com/el-hombre-americano-y-su- origen
. Paul Rivet. Los orígenes del hombre americano. 1943. http://www.fortunecity.com
. Méndez Correa. La teoría australiana. http://poblamerica.blogspot.com/2008/01/mndez-correa-y-la-teora-australiana.html
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. Enrique de Gandia. Historia de Santa Cruz de la Sierra una nueva republica en Sud América. Talleres gráficos argentinos. Buenos Aires.1935
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. La Conquista y Genocidio de la etnia Arawak. : http://www.samandeguere.com/sub-web/conquista.html

Santa Cruz, marzo de 2008

miércoles, febrero 11, 2009

Resumen de Kandire

RESUMEN DE KANDIRE (*)
Por Alvaro Jordan, 2005


Hasta el siglo nueve de nuestra era, en America se habian consolidado tres centros civilizados muy importantes: En la region del Beni actual floreció la cultura del Gran Mojo o Gran Paitití, en Los Andes la del Tiwanaku y en Centro América la de los Mayas. A causa de una sequía, de aproximadamente 280 años de duración, y ante la falta de excedentes hubo un cambio social y económico revolucionario en sus pueblos. Los estados con sus ejércitos y clases colapsaron. La población abandonó los centros civilizados para buscar el sustento, escarbando la tierra y desandando los campos.



Los pueblos de Kandire, cuya economía estaba asentada en la agricultura, ante la escasez de los recursos materiales se vieron obligados a desarrollar los recursos espirituales como mecanismo de sobre vivencia. Generaron toda una cultura humanista, que hemos denominado "cultura chané" en memoria al pueblo que, bajo la jefatura del Grigotá, la defendió del avasallamiento incaico y guaraní, transformándose así, el Grigotá, en su verdadero libertador y sobre la que se construyó Santa Cruz. A sus valores, imposibles de entender por los invasores españoles, estos le dieron un carácter mágico, y a la agresión colonial denominaron con la expresión de "desencantar la tierra".

Kandire estaba poblado por miles de comunidades libres unas respecto a las otras, mantenían relaciones de intercambio, amistad y se organizaban bajo el poder soberano que emanaba de las asambleas comunitarias. Estas asambleas eran abiertas a la participación de todos los miembros de la comunidad, sus resoluciones se adoptaban cuando todos los participantes manifestaban su aprobación, no había mayorías ni minorías y se asentaban en la fuerza de los argumentos.

La palabra Kandire es de origen guaraní, significa tierra sin mal. La caracterizaron como la tierra de la abundancia, de la miel y la felicidad, tierra de gente buena. El área inicialmente poblada por los pueblos arawaks comprendía la cuenca amazónica, el noroeste de la cuenca platense y las serranias del Sub Andino, abarcó la Antillas y llegó hasta el sur de Norte América, conformaron el pueblo mas extendido en todo el continente. Luego de mestizajes con otros pueblos dieron lugar los distintos grupos como ser los chanés, los chiquitos, los mojenos, los chiriguanos, los lecos, los panos y muchos mas. La comunidad etnica-arawak básica y la comunidad cultural chané, generada por la sequia del siglo nueve, hizo que los guaraníes identificaran sus territorios con el nombre de Kandire, la tierra sin mal. Los guaraníes solucionaron las exigencias de la sequía desarrollando la antropofagia por lo que consideraron su tierra con mal, razón por la que migraban. Encontraron en esta región pueblos amistosos y trabajadores, con los que se integraron y dieron lugar a distintos mestizajes como el de los guarayos, los chiriguanos, los chanés mismos y otros como los yuquis, sirionós, etc.

El estado, como cuerpo político de la nacion, no existía en Kandire ya que se trataba de una organización social sin clases, por lo que las resoluciones comunitarias se le encargaban a un coordinador, cuyas funciones se limitaban al área de la resolución únicamente. Este degeneró posteriormente en jefe o capitán. Ante problemas comunes a varias comunidades se establecían en una red federativa, lo que sucedía frecuentemente. Por ejemplo, ante el atropello de los invasores españoles se organizaban defensivamente, situación que se disolvía luego de expulsados los invasores. Así defendió su libertad la Chiriguanía durante cerca de cuatro siglos En este marco se puede ver que las comunidades, como núcleos de redes, podían y pueden ofrecer la flexibilidad requerida para organizar federaciones con múltiples propósitos: económicos, sociales, ambientales, defensivos y otros, dentro de un espacio territorial, llamado Kandire. Esto es posible ahora bajo una garantía internacional como la que resguarda a la Confederación Helvética.

Esta generación del poder desde las bases es el cambio de fondo que están reclamando actualmente las mayorías empobrecidas. El sistema asentado en la generación del poder desde arriba hacia abajo, cuya expresión extrema es el imperialismo, y en nuestro país es el centralismo, ha entrado a un proceso de franco agotamiento. Su sostenimiento sólo significa mantener la agonía de la población en condiciones paupérrimas mientras algunos pocos, los que regalan las riquezas que todavía quedan, sigan beneficiándose.

La experiencia de Kandire es un modelo valioso para enfrentar la tarea imposible, de transformar el nivel de satisfacción de cada ciudadano en uno similar al del primer mundo, problema que sólo podrá encararse con una amplia democracia participativa ejercida por las bases poblacionales, con carácter incluyente y de profundo respeto a la diversidad..

(*) Ver "Kandire, origen y evolucion del llano boliviano". Alvaro Jordan. Santa Cruz, 2005

Álvaro Jordán presenta Kandire



Álvaro Jordán presenta ?Kandire?

Hoy a partir de las 19.30 horas, el historiador cruceño Álvaro Jordán presentará sus más reciente trabajo, ?Kandire, origen y evolución del llano boliviano?. El evento se llevará a cabo en el Cedib, entidad ubicada en la calle Calama No. 255.
?Tierra sin mal, tierra de gente buena, tierra de la abundancia, tierra del amor y la felicidad. Fueron las imágenes que crearon los profetas guaraníes, después de la sequía el siglo nueve, para describir las cualidades de los pueblos que ocupaban los llanos de Manso, del Grigotá, de Chiquitos y Mojos y para provocar las migraciones guaraníticas hacia el Kandire?, explica el historiador cruceño a manera de introducción.
Expertos en el tema han señalado que la obra de Jordán se convierte en un interesante y valioso aporte, puesto que saca a relucir el rol que jugaron en la historia boliviana mucho pueblos que han sido olvidados, incluso eliminados de la memoria ancestral.
Se menciona además que es uno de los pocos trabajos que toca el tema a profundidad y con un acercamiento objetivo, que hasta la fecha la mención de los pueblos del llano boliviano jugaba un rol referencial, más que significativo, tal y como ahora lo plantea el historiador cruceño.
El autor indica que ha puesto especial cuidado en realizar una obra lo más accesible posible, sacrificando términos de elevada erudición, a fin de mantenerse en el vocabulario de uso común para lograr una lectura fluida, de ahí que el libro es por demás pedagógico.
?Kandire, origen y evolución del llano boliviano?, ha sido presentado en la ciudad de Santa Cruz y en la más reciente versión de la Feria del Libro en la ciudad de La Paz, es válido mencionar que la obra tuvo buena acogida y mereció más de un halagador comentario.
El trabajo de investigación se encarga también de recuperar la presencia de muchos pueblos que no han sido estudiados en su verdadera magnitud y a los que muy poco valor histórico se les brindó, se convierte además en un instrumento para descubrir que nuestro país, a pesar de ser ?pequeño?, es grande en su historia y cultura.
Jordán señala que rescata en este libro al pueblo Chané, porque fue el grupo étnico que mejor expresó la cultura vigente, hasta la llegada de los españoles.

Opinión, Cochabamba Año 2005 * VIERNES 09 de Septiembre

LA PRESENTACIÓN DE SU LIBRO KANDIRE

LA PRESENTACIÓN DE SU LIBRO KANDIRE (ORIGEN Y EVOLUCIÓN DEL LLANO BOLIVIANO), SE EFECTUÓ EL VIERNES POR LA NOCHE
Álvaro Jordán cuenta la historia de los Chané

Todo comenzó con el deseo de escribir una monografía de los Chané, pero mientras penetraba en el problema, se dio cuenta que tenía en manos un tema importante para ser desarrollado.

Kandire (origen y evolución del llano boliviano) es el resultado de cinco años de investigación del historiador cruceño Álvaro Jordán. El texto fue presentado ayer por la noche en el Centro de Documentación e Información Bolivia.

Jordán dijo que en los inicios intentó hacer un trabajo modesto, pero que en el camino se dio cuenta que no se trataba de una tribu común y corriente, sino que era un gran pueblo, el más grande del continente, el Arawak.

"Hay un deseo de rescatar todo lo nuestro, la identidad de estos pueblos que están totalmente olvidados, y un primer intento es tratar de recuperar sus valores", afirma Jordán que se entusiasmó en la elaboración del libro.

Añadió que todavía existe mucho por seguir investigando y registrando, pues quedó asombrado cómo la historia del país está totalmente tergiversada, tiene un contenido ideológico colonial desde que llegaron los españoles hasta nuestros días.

Jordán señala que la política que expresan nuestros gobiernos es reflejo de una ideología colonial, es el mismo concepto de cuando los potosinos exportaban su platita para enriquecer el mundo, pues hoy es manejado por gobernantes como Gonzalo Sánchez de Lozada, Carlos Mesa, Eduardo Rodríguez que pretenden seguir exportando materia prima mientras el país continúa viviendo de las migajas.

Para Jordán hay una veta inmensa de investigación para re elaborar la historia no sólo de los llanos sino del país entero.

Como anécdota mostró la foto de unos niños con su vestimenta nativa de Tentayape, que se observa en el libro. Dijo que fue a visitar a este pueblo que tiene la peculiaridad de haberse restituido en función a su cultura. Después de la Guerra del Chaco, el padre del jefe de esta comunidad consiguió que le entreguen un terreno y con el tiempo logró reunir a sus hermanos de raza.

Tragaluz Los Tiempos, Cochabamba - Bolivia
Sábado, 10 de septiembre de 2005