jueves, julio 26, 2012


Agosto 2009
 LA INTERRELACIÓN INDIVIDUO-SOCIEDAD EN LA CONSTITUCIÓN DEL SUJETO COMO SER SOCIAL

Cristina Masiel Nava Flores 

nava.cris@gmail.com 

El sujeto no existe sino hay sociedad y no existe sociedad sino existen sujetos…

El presente trabajo tiene como principal finalidad abordar la relación que existe entre individuo y sociedad y cómo es que a partir de esta interacción el hombre se socializa y se vuelve sujeto a las normas y reglas que le demanda la cultura y por tanto la sociedad.
El sujeto se constituye a partir de la relación que tiene con los otros, ya que a partir de la mirada de los demás el ser humano se va constituyendo en sujeto y por lo tanto su subjetividad también, la cual va a representar todo el conocimiento que es producido por las experiencias. La subjetividad por lo tanto es la cualidad del ser sujeto(a) y es un proceso dinámico que se está construyendo continuamente, es por ello que nosotros como seres humanos construimos nuestra realidad, nuestra historia, nuestras necesidades........
Para que exista sujeto, el ámbito de lo social tiene que ir construyendo al individuo y de acuerdo a lo que vaya internalizando va ir construyendo su subjetividad de acuerdo a la mirada de los otros que lo rodean, todos los seres humanos vamos estructurando nuestro pensamiento según las relaciones, experiencias y argumentaciones que tengamos en la interacción con la sociedad. Retomado a Piera Aulagnier; ella menciona que el sujeto se va constituyendo a partir de la realidad, por lo tanto quiere decir que aquello que rodea y es evidente para el sujeto va a ser parte importante para que autoengendre la suya, o sea que todo lo que oiga, sienta y vea va ser de gran importancia para ir estructurando su realidad y de igual manera su biografía (historia) pero también será importante que ésta sea construida por la mirada de los otros que lo rodean.
 


Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:
Nava Flores, C.M.: La interrelación individuo-sociedad en la constitución del sujeto como ser social, en Contribuciones a las Ciencias Sociales, agosto 2009, www.eumed.net/rev/cccss/05/cmnf3.htm


En un primer momento la madre va a cumplir una función fundamental para la construcción psíquica y la preservación del niño, es decir que hay una dependencia totalmente del hijo hacia la madre la cual es la que cumple sus necesidades básicas como el comer, dormir, tener afecto, etc; la madre va a jugar un papel muy importante en la primera etapa en la vida del infante para poder sobrevivir, posteriormente el individuo debe pasar por el proceso de la dependencia a la independencia, ya que el niño tiene que enfrentarse al mundo y a todas sus complejidades y de esta manera comenzar a identificarse con la sociedad.Mediante el proceso de desarrollo del niño es como éste va adquiriendo las reglas que le demanda la sociedad y este desarrollo dependerá de lo que le rodee como lo es la influencia de la madre, del padre, hermanos, tíos, amigos, etc. Erikson nos dice que el niño práctica la capacidad que tiene para poder tener independencia, para decidir su elección y para orientarse por sí mismo.
Es por ello que además de la función de la madre, la sociedad también juega una función muy importante dentro de la construcción de un sujeto, por lo que a partir de la relación que tenga con la sociedad el ser humano se someterá a ciertas reglas dependiendo de la cultura en la que se encuentre inmerso, dentro de la que se le establecerá como debe de ser su comportamiento ya que detrás de todo individuo van a existir los otros que lo convertirán poco a poco en sujeto, sujetado a las normas y leyes que le demanden. Como menciona Eliseo Verón toda realidad de todo sujeto se va inscribiendo mediante la cultura y la sociedad debido a que es el medio social el que constituye la subjetividad de cada sujeto, es decir, que la relación con los otros va constituyendo nuestra psique.

La realidad social es por lo tanto una construcción cotidiana en donde la persona y la sociedad se van construyendo mutuamente, el sujeto se va insertando y va siendo parte de una sociedad y una cultura a partir de todas las significaciones simbólicas, ya que éstas precisamente son las que van a permitirle conformarse como un ser social.
Maritza Montero menciona que todas las manifestaciones del sujeto están inmersas y mediadas por significados que son compartidos socialmente y construidos culturalmente. Ignacio Martín Baro por su parte comparte esta visión ya que para él, la realidad social es construida por el individuo a partir de la interacción que tiene con la sociedad ya que los individuos son hechuras de la propia sociedad y ésta aparece como producto de un proceso humano y por consiguiente susceptible de transformación y cambio.
La relación entre individuo (persona) y sociedad es un proceso complejo de explicar, ya que lo social no puede excluirse de lo individual debido a que se debe de tomar en cuenta la interrelación existente entre estas dos estructuras.
El individuo llegar a ser persona porque se encuentra dentro de un círculo social que le hace ser persona y al mismo tiempo la sociedad es sociedad porque dentro de ella existen individuos que la plasman y la hacen real. Es por esta razón que no podemos entender a la persona sino se toma en cuenta la estructura personal y la estructura social. El sujeto por lo tanto siempre está inmerso dentro de la sociedad y es dentro de ella donde la persona se mueve en situaciones y circunstancias y donde actúa sobre redes de diferentes vinculaciones sociales.
La relación entre sujeto y sociedad debe ser valorada y significada y es a partir de este momento donde la persona tiene un vínculo con la sociedad y dentro de la misma también se encuentra inmersa en relaciones de poder muy complejas en donde se manejará el ejercicio del poder en donde uno lo ejerce y el otro se somete.
Para Michel Foucault toda relación entre sujetos es una relación de poder, el poder para él conforma, predice, constituye y construye al sujeto ya que éste es resultado de acciones y prácticas que tiene con los otros (sociedad). Esta es una forma de poder que transforma a los individuos en sujetos, pero sujeto a dos formas: sujeto sometido al otro a través del control y la dependencia y sujeto atado a su propia identidad por la conciencia o el conocimiento de sí mismo.
El poder por lo tanto pone en juego relaciones entre individuos o entre grupos, en donde unos ejercen el poder sobre otros, el poder solo existe en acto, es decir, en la relación con el otro (sociedad), “es un modo de acción que actúa sobre acciones: una acción sobre la acción, sobre acciones eventuales o actuales, presentes o futuras”

Todas estas luchas se mueven en torno a la pregunta de ¿quiénes somos?, y es aquí precisamente donde se puede decir que el sujeto es un ser de vínculos y es mediante ellos que el hombre va conformando su subjetividad a partir de las experiencias que vive con el otro (mundo), ya que a partir de la experiencia la vida del sujeto tiene una significación en relación con los demás, la experiencia es la posibilidad de aprender a través de las vivencias. La realidad dominante ejerce por lo tanto relaciones de poder.
Retomando a Pichón Riviére acerca de lo que nos dice sobre la Psicología Social se puede decir que ésta estudia los vínculos interpersonales y otras formas de interacción que están orientadas hacia un cambio social, es decir, hacia un cambio en la sociedad a partir de la realidad que maneja cada uno de los individuos.
Lo que Pichón Riviére llama ECRO (Esquema Conceptual, Referencial y Operativo) permite “la comprensión horizontal(la totalidad comunitaria) y vertical(el individuo inserto en ella) de una sociedad en permanente situación de cambio y de los problemas de adaptación del individuo a su medio”, el ECRO va permitir planificar las relaciones con la naturaleza y sus contenidos en los que el sujeto se modifica a sí mismo y al mundo en un constante interjuego entre los mecanismos de asunción y adjudicación de roles.
A partir del esquema que tiene cada sujeto posteriormente se va operando en la realidad y en la relación con los otros, los individuos dentro de la red de interacciones estarán ligados a sus propias expectativas y a la de los otros miembros del grupo teniendo como finalidad la elaboración de una tarea ya sea explícita ó implícita. El Esquema Conceptual Referencial y Operativo es el punto principal para el aprendizaje del sujeto debido a que permite integrar a través del grupo las experiencias de cada uno de los sujetos que conforman éste, permitiendo de esta manera la comunicación intragrupal, la comprensión de la tarea y el enriquecimiento dentro del grupo.
Lo colectivo y lo singular no debe separarse debido a que la realidad se construye a partir del margen social de cada acción del sujeto.
La noción de “subjetividad colectiva” y de “subjetividad individual” a la que se refiere Margarita Baz nos hace reflexionar acerca de lo social y lo individual como un conjunto o como independiente uno del otro. Es aquí mismo donde surge un serio conflicto ya que consideró que tanto la estructura social como la psíquica son importantes para la constitución de la subjetividad de un sujeto, el hombre llega a ser sujeto al ser inscrito y ocupar un lugar en el espacio simbólico, el sujeto es sujeto en la medida de su capacidad para representarse como “yo”, ya que la palabra implica otro el cual tiene como trabajo sostener el discurso, Benveniste menciona “Es en y por el lenguaje como el hombre se constituye como sujeto; porque el solo lenguaje funda en realidad, en su realidad que es la del ser, el concepto de “ego”, por todo lo anterior el sujeto necesita tener discurso y para que pueda existir se necesita de la presencia del otro, otro que hable y establezca la constitución de un “Yo” que surge a partir de la mirada del otro y por identificación con el otro, que puede ser la madre o quien cumpla la función. Ese otro que cumple la función también está sujetado a la Ley de la Cultura, es decir que la sociedad impone a la persona ciertas formas de actuar y comportarse para poder mantener su supervivencia dentro de la convivencia social. Toda realidad de todo sujeto se va inscribiendo mediante la cultura ya que es el medio social el que va construyendo la subjetividad de cada sujeto, es decir, que la relación con los otros va constituyendo nuestra psique.
La subjetividad colectiva son todas las significaciones que son instituidas y construidas por la misma sociedad, donde los integrantes de la misma llegar a ciertas convicciones para que éstas sean valoradas e interpretadas por el mundo y la cultura a la que pertenezca cada persona.
Margarita Baz apunta a que vamos siendo sujetos en un devenir histórico surcado por los acontecimientos grupales e institucionales que nos van marcando y tienen significación dentro de la vida de cada sujeto dependiendo del espacio y el tiempo en el que se vive.
Considero por lo tanto que el individuo no es tal sino existe sociedad debido a que el sujeto existe desde que la sociedad lo engendra y es a partir de un lugar dentro de las estructuras sociales donde la subjetividad singular se va constituyendo.
El ser humano está atravesado por diferentes instituciones y es a partir de éstas como el individuo se va a ver sujetado a ellas ya que la misma Ley de la Cultura y la sociedad se lo demandan. Los individuos son concebidos como “actores interpretativos” cuya subjetividad es estructurada en un inicio por los encuentros que tiene con los otros.
Realmente lo ya leído me hace tener una visión totalmente diferente a la que anteriormente tenía ya que comienzo a cuestionarme acerca de la construcción de la realidad, como por ejemplo que la realidad no es construida por cada uno de nosotros sino que es una construcción social y es a partir de esa realidad social como le damos valor a las cosas.
Para la sociedad la realidad solamente existe cuando es vista ya que de no ser así no tiene existencia, solamente existe físicamente pero hasta que nosotros le damos valor es como es reconocida.

Asimetrías


Asimetrías

  
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jorge mario velarde dorado

6 de abril de 2012 00:15
Ahora todo parece indicar que hemos entrado en una época caracterizada por una nueva asimetría, por un desequilibrio que resulta especialmente difícil de explicar. Esta nueva zona de inestabilidad se pone al descubierto en los fenómenos del terrorismo, la violencia y las nuevas guerras, que quizás hayan puesto fin al largo periodo de estabilidad de los Estados nacionales, tal como se configuró su equilibrio en la Paz de Westfalia, y que duró desde el siglo XVII hasta el final de la guerra fría, después del derrumbe de la Unión Soviético En todo ese largo periodo ha habido, por supuesto, muchos desequilibrios y no pocas asimetrías (como las guerras coloniales) pero el mundo se mantuvo, al menos en Europa, dentro de un marco general de simetría. Conviene desarrollar esta hipótesis para entender mejor lo que vivimos en la actualidad. Comprender bien el sentido de los acontecimientos permite hacer mejores pronósticos y enfrentarse con mayor eficacia a su complejidad.  
Las guerras clásicas entre los Estados eran fundamentalmente guerras simétricas en las que se llevaba a cabo una violencia especialmente intensa sobre el campo de batalla, que se intentaba limitar a este escenario e impedir que se extendiera por espacios más amplios. La guerra clásica era simétrica, no porque sus actores tuvieran la misma fuerza, sino porque tenían el mismo rango: ser Estados. Esa igualdad era el presupuesto de que los Estados se reconocieran como similares y aceptaran las normas mediante las cuales el derecho regulaba, con mayor o menor fortuna, las situaciones de paz y de guerra. El uniforme era la simbolización de esa simetría, por el que se distinguía a los combatientes de los demás y les daba a conocer como enemigos. Los  ritos del alto el fuego y las negociaciones para la capitulación tenían el efecto de facilitar la disposición para negociar, de manera que no fuera necesario continuar con una guerra que se daba por decidida. No hace falta idealizar estas condiciones para reconocerles su validez general, entre otras razones porque lo así regulado no deja de ser un ejercicio de violencia brutal como sucedió cuando Bolivia perdió su Litoral, así como parte del Acre y del Chaco Boreal.
Que también estas cosas han cambiado es algo que resulta bastante obvio desde las guerras recientes en Asia central o en el África subsahariana, así como el llamado terrorismo internacional. La mayor parte de los actos de violencia que caracterizan a las nuevas guerras, medidos con las normas y tratados internacionales, son delitos de guerra. Por eso las guerras suelen ahora concluir con tribunales específicos. Ya no puede decirse que la guerra es un enfrentamiento entre combatientes, cuando más del 80 por ciento de los muertos son civiles, cifra que a comienzos del siglo XX estaba en torno al 10 por ciento. Las nuevas guerras se caracterizan por una desmilitarización de la violencia, como lo muestra la creciente presencia de grupos paramilitares, la extensión de la práctica del secuestro a civiles o la aplicación sistemática de la violencia sexual.
En las guerras asimétricas no hay propiamente batallas sino masacres que no conducen a la capitulación definitiva. Aquí está el núcleo de la diferencia entre guerras simétricas y asimétricas. Forma parte de ese carácter simétrico de la guerra tradicional finalizar el combate de modo que no se produzca una escalada de violencia. Las masacres se distinguen de las batallas por el hecho de que en ellas no se decide nada, no representan ningún avance en dirección a un cierre pacífico. Todo lo contrario: agudizan el deseo de venganza y aceleran ese círculo infernal que hiere cada vez más las estructuras de una sociedad.  La masacre es un paso más en una violencia instalada; la batalla, al menos en su intención, constituye el principio del final de la guerra. Esta diferencia conduce a otra, de no menos actualidad, que permite entender la naturaleza de nuestros conflictos más enquistados: las guerras clásicas estaban pensadas para concluir. Ahora, en vez de acuerdos de paz, lo que tenemos son procesos de paz, en los que ya no hay dos partes que concluyan una paz sino un tercero que trata de motivarlos para que consideren la paz como algo más atractivo que la guerra.  Las constelaciones simétricas, al menos en teoría, se caracterizaban porque en ellas la capacidad de matar y ser matado estaba repartida por igual. La asimetría suprime radicalmente este equilibrio: una parte pretende llevar a la otra a una posición de completa inferioridad, incluso indefensión. Donde mejor se ejemplifica esta asimetría es en el desequilibrio que representan los atentados suicidas. Y es que forma parte de la simetría del combate suponer que el enemigo, aunque realice acciones que ponen en peligro su vida, no quiere morir. Ahora bien, quien no se contenta con el riesgo normal del combate y decide morir obtiene unas ventajas estratégicas que le convierten en un enemigo muy difícil de neutralizar. La conducta de un combatiente del que se supone que no quiere perder su vida en el intento es calculable; un enemigo suicida introduce un desequilibrio imponderable, una asimetría radical. Como decía James Baldwin, “la creación más peligrosa de una sociedad es la de un hombre que no tiene nada que perder”.  Otra de las propiedades que se observan en las guerras asimétricas es una tendencia a considerar al enemigo vencido como un trofeo. Este tipo de exhibición representa la antítesis respecto del derrotado, tal como se exige (aunque casi nunca se cumpla plenamente) en los códigos tradicionales de la guerra. La humillación y el trato vejatorio hacia los presos de la cárcel de Abu Ghraib en Bagdad quiebran desde luego cualquier norma de derecho militar. Pero lo más elocuente es que tales actos se hayan fijado en fotografías. Para realizar alguna previsión acerca del posible curso de estos conflictos hay que hacerse cargo de otra asimetría que tiene que ver con los recursos para conseguir la victoria. Quien tiene la supremacía militar intenta acortar el tiempo de la guerra y el número de bajas propias. Esta urgencia tiene que ver con el hecho de que las sociedades post heroicas están compuestas por individuos a los que les resulta difícil justificar en principio que una vida humana pueda subordinarse a una victoria bélica y donde gana terreno una mentalidad a la que cada vez resultan más extraños los valores guerreros y los imperativos de la supervivencia. Por eso los estadounidenses no han enseñado a sus muertos. Las sociedades menos desarrolladas tienen, en cambio, una mayor capacidad de aguante. Pueden alargar la guerra y tratar de ganar así en la dimensión del tiempo, del que sus adversarios no disponen. Para unos el tiempo corre a su favor y para otros en su contra. Sólo las sociedades heroicas están en condiciones de sostener una guerra de guerrillas. Contra la capacidad de aceleración de un enemigo tecnológicamente superior lo único que pueden hacer es desacelerar el curso de la guerra. Incapaces de decidir la guerra a su favor por medios militares, la transforman en un proceso de desgaste y desistimiento. Las formas recientes de terrorismo son variantes de dicha estrategia para transformar la desigualdad en una ventaja.
La guerra en Irak y cuanto sucede ahora mismo en Afganistán, es un buen ejemplo de esto último. Los estadounidenses esperaban que una guerra para la que partían con una superioridad asimétrica pudiera concluirse con el modelo de una guerra simétrica, o sea, con capitulación y tratado de paz. Nada más ilusorio. Tras la rápida victoria de los norteamericanos en el periodo de la invasión, la guerra cambió su naturaleza y donde antes había dominado la asimetría de la fuerza se impuso la asimetría de la debilidad. Esta alteración de las condiciones se puede ejemplificar en el desplazamiento de la superioridad respecto de la información. Si en un primer momento eran superiores los estadounidenses, cuyos sistemas de tecnología avanzada permitían un control completo del campo de batalla, mientras que el enemigo estaba ciego y sordo en sus escondites, la situación cambió en el momento en el que los invasores se instalaron en el país y se hicieron cargo de los servicios de seguridad, salud, comunicaciones, educación y abastecimiento. A partir de entonces los soldados que custodiaban los edificios o los transportes se convirtieron en un blanco fácil para un enemigo que salía de la clandestinidad. Desde el principio estuvo claro que los grupos de resistencia nunca estarían en condiciones de vencer militarmente a los ocupantes; lo único que podían hacer era provocarles un número de bajas que los estadounidenses no pudieran asimilar políticamente. Lo decisivo en esta forma de asimetría no era la intensidad de la guerra sino su duración.
Para que una resistencia orientada a la duración tenga éxito es fundamental que los enemigos no dispongan de la misma cantidad de tiempo, que uno de ellos tenga más resistencia que otro. Si lo característico de las guerras simétricas era que los enemigos tenían unas capacidades similares tanto por lo que se refiere a la intensidad como respecto de la duración, es propio de las guerras asimétricas que ambas capacidades se hayan desarrollado de diferente manera: una parte es muy capaz de aplicar intensivamente la fuerza, pero sólo durante un tiempo limitado, mientras que para la otra es todo lo contrario.
La inversión de tiempo que, en una guerra de partisanos, podría proporcionar la victoria a los combatientes con inferioridad técnica únicamente puede darse en una sociedad con gran capacidad de sufrimiento. Sólo las sociedades heroicas están en condiciones de llevar a cabo una guerra en condiciones de debilidad asimétrica; las sociedades post heroicas únicamente irán a la guerra en una posición de superioridad asimétrica, que minimice las pérdidas propias y decida a su favor la guerra en un breve plazo de tiempo. Desde el final del conflicto entre el Este y el Oeste, toda la sofisticación del armamento en el mundo occidental ya no ha tenido la función de mantenerse en equilibrio frente a un enemigo simétrico sino que trataba de alcanzar la mayor superioridad posible frente a las sociedades heroicas. Comprender bien los términos del problema es ya la mitad de la solución. Y como ocurre con tanta frecuencia, las soluciones más firmes y decididas no son siempre las mejores; a veces, la firmeza es tanto mayor cuanto más profunda es la perplejidad que los actores políticos tratan de disimular.
Tal vez aquí sea conveniente citar a Bertrand Russeel: “gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se debe a  que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas”.
EL ESPECÍFICO CASO BOLIVIANO
Todo lo anterior sirve para intentar, sin interés alguno ni mala intención, explicar por qué Evo Morales llegó al poder y lo conserva. Es que actuó y se movió con una  lógica desconocida por sus predecesores apegados  tanto a Aristóteles como a Hegel . Claro que en la medida de su propio desgaste, debido sobre todo a sus últimas conductas gubernamentales inconsecuentes con su programa original y por ello mismo inconsistentes, desde hace un tiempo viene siendo víctima de su propio remedio, de su receta, o sea de la  pretensión de acabar o liquidar mediante fuerzas militares y/o policiales a una oposición popular que ha nacido en la parte oriental de Bolivia. Esta oposición es más bien pasiva, o al menos así se la presenta, no lleva armas sino pancartas, no municiones sino gritos de paz para exigir el cumplimiento o la modificación de leyes, decretos, órdenes y reglamentos. Esta oposición, surgida en algunos casos de la  misma entraña que el original Movimiento al Socialismo (MAS) no se presenta como alternativa de poder, no anuncia una nueva construcción revolucionaria porque apenas, busca,, por lo menos hasta hoy, metas humanistas como por ejemplo la conservación del medio ambiente y el respeto a usos y costumbres regionales o localistas. Es así que otros sectores, no ya solamente de indígenas o campesinos, reproducen el fenómeno de exponer, mediante manifestaciones en las calles, bloqueos de caminos o huelgas de hambre su exacerbación contra la inflación de precios o de imposiciones gubernamentales que consideran injustas cuando no arbitrarias. El gobierno, acorralado, busca con el mayor de los afanes la formalidad en las luchas sociales de distintos y cada vez más amplios sectores no sectarios y en consecuencia al margen de toda formalidad, con lo que muestran en los hechos su desinterés por cuestiones materiales o cualquier tipo de dogmatismo o parcialidad. Por otra parte, estas nuevas expresiones de rebeldía se hallan muy lejos de los movimientos y partidos políticos que gobernaron a través de la historia republicana y en especial desde 1952. En este punto, vale la pena remarcar, está la fuerza de su debilidad. A fines del siglo pasado habría sido una temeridad el solo hecho de imaginar que la vanguardia organizada del minoritario pueblo guaraní o la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB) pudiesen colocarse en tal posición que arrastrarían a su paso a una buena parte del CONAMAQ (indígenas del Altiplano) y llegasen a ser punto de referencia intelectual, cuando no emocional, de personalidades y entidades nacionales y extranjeras interesadas en investigar el sui géneris proceso boliviano. De tal magnitud es el fenómeno que el MAS, ya en el gobierno, ha dejado de ser el bloqueador y se esfuerza por darle simetría a las luchas sociales en Bolivia. Todos los días el presidente del ahora denominado Estado Plurinacional recorre las capitales de Departamento, las provincias y hasta los cantones, con su séquito militar y policial para mostrar sus obras públicas y  prebendas mientras dispara contra el imperialismo y el capitalismo a tal punto que amenaza con romper relaciones diplomática con los Estados Unidos, país que, por lo menos aparentemente, lo ignora. Es frecuente, además, el desbarre cuando la policía intenta atajar las marchas contra la construcción de una carretera que atraviese el Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure /TIPNIS), o cometió agresiones contra los inválidos que pedían un bono anual para aliviar a discapacitados de todo tipo. En el fondo lo que sucede es que los representantes de la  expresión dinámica del Estado, el gobierno, pretenden darle formalidad a las demandas, hacerlas constructivas, dotar de lógica contemporánea cuestiones que vienen del fondo de la historia. Por qué van a oponerse con tanto sacrificio a la planificación física racional del país –así piensa el gobierno – o cuál es la razón para otorgar bonos a  un sector poblacional que debiera contar con hospitales, centros de acogida permanente o talleres de trabajo especial. El presidente y su gente, ahora, se ven obligados a acudir a la lógica formal, a la idea generalmente admitida de la modernidad, la cual ignoraron a propósito para defenestrar gobiernos burgueses con el argumento de que no debía, no podía venderse a Chile ni siquiera una molécula de gas. Irracionalidad en el llano, racionalidad desde el poder. La advertencia de cerrar la embajada norteamericana no es la panacea para paliar las carencias económicas ni el embate de las masas. Por lo demás se acude al expediente de invocar el revocado principio de autoridad. Las contradicciones están a punto de abatir a los dialécticos de vieja data que tampoco están en capacidad de comprender los cambios registrados en este mundo asimétrico, tanto que los dirigentes de la Central Obrera Boliviana no arrastran más que las juntas vecinales que pueden apoderarse de las calles, y carreteras como los transportistas, profesores, estudiantes, comerciantes minoristas, amas de casa, asociaciones de víctimas de las viejas dictaduras militares, jubilados, usuarios y dueños del transporte colectivo ante el menor asomo de que los pasajes suban de precio, profesionales del sector salud que hacen huelga y cierran calles, y, en suma, un contundente etcétera en su versión de interminable. En estas condiciones a quien pudo habérsele ocurrido que los organizadores del DAKAR aceptarían ningún tipo de carrera internacional pasando por territorio boliviano. Elemental. Bolivia seguirá “terra incógnita, zona roja, lugar peligroso para transitar porque, además, grupos a veces numerosos de habitantes de pueblos y hasta villas impiden el tránsito porque no están de acuerdo con su alcalde o Concejo Municipal o porque andan en interminables pleitos por límites entre provincias o departamentos. Es un cuento de nunca acabar y la anarquía se agrava cada día más. NOTA: Esta es apenas una pálida introducción a un ensayo más extenso, pero si lo ves bien es un comienzo. Vale y gracias

sábado, julio 21, 2012

Modelo comunal para salir del capitalismo y del socialismo

ESTO ES UN RESUMEN DE NUESTRA PROPUESTA E IDIOLOGIA. Integración Para el Cambio
(I.P.C.)

TERCER SISTEMA
(Modelo comunal: propuesta alternativa para salir del capitalismo y del socialismo)

El presente resumen se hizo para aquellos hermanos y hermanas que no pueden disponer el tiempo por la falta de las primeras necesidades que nos introduce el hambre; el capitalismo salvaje y el socialismo secante porque hoy en día a tanto subir los precios de la canasta familiar la humanidad solo trabaja y no puede alcanzar de leer los libros que nos puede formar para contrarrestar estos dos modelos que son como ultimas alternativas de la sociedad. Por tanto el modelo comunal propone seis puntos centrales para liberar la humanidad entera, que son: la descolonización, sistema económico, sistema de gobierno, sistema jurídico, sistema social, relación entre el centralismo y autonomías, relación entre las mayorías y minorías nacionales y el gran momento de transición.
La descolonización implica democratizar totalmente las instituciones (económicas, políticas, jurídicas, y fundamentalmente las instituciones educativas y formación profesional), construyendo espacios o ámbitos de oportunidades en el campo laboral, económico, político, jurídico, académico y otros, a partir del reconocimiento de los méritos, conocimiento y esfuerzo personal, independientemente de las diferencias raciales, étnicas, genéricas y físicsignifica as.
La descolonización involucra la concepción de una sola institución que acoja a todos indistintamente de su procedencia étnica o racial; también reconocer a todas las institucionalidades, como economía, política, jurídica, cultural e idiomática de las civilizaciones indígenas, en este sentido no significa pensar en una política de ensimismamiento de las instituciones indígenas.
El equilibrio y la reciprocidad son prácticas del bienestar social o el buen vivir, siendo el eje ordenador de la descolonización; rescatando elementos fundamentales de las sociedades indígenas y adecuar al contexto contemporáneo – moderno y fundamentalmente a las sociedades urbanas.
La economía comunal se refiere a que los medios materiales de producción son de la propiedad colectiva, es decir, la tecnología y otros elementos de producción pertenecen a la asociación de trabajadores directos libremente constituida en forma comunal. En una empresa comunal el trabajador no vende ni compra la fuerza de trabajo, es decir, no hay trabajadores asalariados, sino son directamente productores. Por tanto, el excedente generado por el trabajador pertenece de manera íntegra para sí misma de la colectividad y un determinado monto destinan a pagar en calidad de impuesto al Estado y la ampliación de la empresa comunitaria. Sin embargo, el trabajador puede crecer económicamente de acuerdo a su capacidad y necesidad siempre cuando sea a través de su trabajo directo y no acosta del trabajo ajeno.
La economía comunal prohíbe la explotación del hombre por el hombre. Y para constituir la empresa comunitaria asocia a los trabajadores para comprar una tecnología porque un trabajador no puede comprarla por falta de recursos, con dicha tecnología comunal será usado para incrementar la productividad y la calidad de un bien que produce el trabajador. Existe dos tipos de empresas comunales: a) el trabajo en sus propios talleres con compartimiento de una tecnología común y b) el trabajo colectivo dentro una empresa comunal.
En la democracia comunal el poder o la decisión la asume la colectividad, el representante solo expresa la decisión impuesta por la colectividad, es decir, obedecer para mandar. El representante si no obedece a la colectividad como ocurre en la democracia representativa y/o en el sistema totalitario de socialismo: el poder y la decisión está centrada en el individuo o en grupos de personas en sí mismo, el representante es revocable en cualquier momento si no cumple la propia voluntad colectiva o no exprese la decisión impuesta por la colectividad. En este tipo de democracia el representante no delega la soberanía social ni monopoliza la decisión individual sino ejerce directamente a partir de los acuerdos del pueblo. Entonces la forma de gobierno en el sistema comunal estaría basada en las deliberaciones colectivas como fuente de poder en diferentes niveles de decisión.
Ahora bien, en el segundo factor de la forma comunal de la política los representantes no son elegidos mediante competencia de partidos políticos y mediante voto popular o sufragio universal sino de manera directa. Significa que un Presidente, los diputados, gobernadores, asambleístas alcaldes y concejales puede ser elegidos a mediante rotación y turno, u otro mecanismo directo, la idea es evitar la presencia de partidos políticos y el voto secreto. Estas formas de administración del poder puede rescatarse de las sociedades indígenas que tienen establecidas históricamente.
El Sistema Jurídico del Estado se identifica a la justicia ordinaria y positiva como mercantil, burocrática dilataría y corrupta, debido a que la decisión sobre los delitos y derechos son excesivamente centradas en el individuo y totalmente automatizadas en el control colectivo, basada en el derecho positivo y dogmatico; donde las personas encargadas de la justicia (fiscales, jueces, vocales, etc.) son fácilmente tentadas a convertirlo en un negocio económico.
En el Sistema Jurídico Comunal planteamos en primer lugar: el control y administración directa de todo lo que podemos denominar derecho privado y otros de carácter público por parte de la sociedad. Que a partir de las costumbres o debates en asambleas en cada entidad territorial local, son generadoras del sistema jurídico comunal sin intermediarios u operadores de justicia.
La justicia comunitaria tiene normas y procedimientos que pueden ser dinámicas, adaptadas y adecuadas a los cambios históricos y a las necesidades de la población, que se rige a partir de usos y costumbres, o sea, en forma consuetudinaria, que son socializados de generación en generación, que guía el comportamiento de los individuos.
En las ciudades, también es posible implementar la administración directa de la justicia ya que están organizadas en zonas o barrios y distritos como instancia supra comunal, cada una de ellas tiene su propia directiva de junta de vecinos y su instancia de deliberación colectiva que son las asambleas zonales o ampliados distritales, que generarían la normativa respectiva.
En el sistema de educación, la educación tiene la tarea fundamental de formar una concepción social del mundo y otorgar ciertas destrezas y habilidades que permite incursionar a una actividad económica, es decir, formar a los individuos con una enseñanza teórica y práctico en la actividad económico, bienes productivos.
En Bolivia hay dos problemas que se deben superar: a) la estructura social y, b) falta de cualificación de su fuerza de trabajo. Primero las instituciones educativas de formación profesional están divididas en dos: a) Normal Rural, Escuela de Sargentos, Escuela Básica de Policías son instituciones de formación de grado inferior, principalmente los indígenas casi aquí están obligados e inducidos a estudiar, y b) Normal Urbano, Colegio Militar, Academia de Policías, etc. son instituciones de formación profesional de grado superior, históricamente han sido para no indígenas que son de descendencia española o extranjera, es decir, el indígena se encuentra con el grado jerárquico inferior y con grado jerárquico superior los no indígenas, esto principalmente en la formación militar y policial. En el sector de formación de maestros se superará el problema formando maestro único con el mismo valor y formación académica, esto implica que los futuros profesores pueden desenvolverse en áreas urbanas y en áreas rurales. Y en el sector de formación militar y policial la única forma de eliminar la discriminación y exclusiones a partir de pertenencias “raciales” étnico culturales, es con la implantación del único institución de formación militar y policial. Así puedan ingresar y estudiar todos juntos sin distinción alguna y sobre todo se valore la capacidad, esfuerzo que permite tener mayores méritos.
En el segundo la falta de cualificación de la fuerza de trabajo, esto significa que las instituciones educativas no se encarga de formar a los jóvenes en los oficios productivos y económicos, aún continúan siendo heredados por la familia, es decir, las instituciones educativas no brinda una formación en áreas económicas productivas. Entonces la falta de formación y cualificación de la fuerza de trabajo ha hecho imposible la industrialización en los bienes y servicios, por lo tanto, el potenciamiento económico del país. La única forma de superar este problema es que la educación se encargue de formar a jóvenes en oficios productivos de bienes y servicios, y que además tenga la opción de estudiar la profesión en forma gradual desde técnico medio, superior, licenciatura, y postgrado. Para que los jóvenes estén incorporados al trabajo productivo de las empresas comunales y estatales.
En relación entre el centralismo y autonomías, el sistema comunal es fundamentalmente autónoma en todos los ámbitos como ser la economía, gestión política, gestión jurídica y en la gestión cultural. Las encargadas de impulsar las empresas comunales deben ser las autoridades locales para evitar la burocracia central. Por lo tanto, el Estado central sólo debe transferir recursos económicos a dichas entidades locales. En el campo político el poder central no nombra a ninguna autoridad o representante en cualquier de sus formas, respeta absolutamente a las personas elegidas por el pueblo en forma directa y es él o ella quien coordina y trabaja para defender y viabilizar las decisiones en instancias nacionales u otros niveles del Estado

martes, julio 17, 2012


Neo-humanismo; por LUIS SUÁREZ

El saber humano, con todas sus limitaciones, es la gran plataforma hacia el progreso
 
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Neo-humanismo; por LUIS SUÁREZ
Diccionario Inteligente
16 Julio 12 - - LUIS SUÁREZ
N o es inoportuno recordar ahora que en un importante y arriesgado coloquio celebrado en Ávila se ha coincidido, desde dos puntos opuestos del pensamiento y de la doctrina, en la necesidad de retornar al Humanismo, que es una de las características renovables de la cultura europea. El primer Humanismo fue en gran medida el resultado de la gran depresión iniciada en 1328. Arrancaba de uno de los valores más importantes transmitidos desde el cristianismo: es tanta la dignidad que reviste la naturaleza humana que el propio Dios la tomó para sí mismo a fin de salvarla de la destrucción. Con todos los defectos sociales y políticos que siempre parecen inevitables, ese Humanismo que arranca de Petrarca y alcanza a Tomás Moro consiguió dar un vuelco completo a la situación, remontando la crisis económica que parecía entonces, como hoy, insuperable y lanzando a Europa a esa «desoberta do mundo» de la que los hispanos fuimos protagonistas.       

La sociedad de nuestros días, estrangulada bajo los efectos de la crisis económica, corre el peligro de entender que el único y verdadero problema está ahí: en los trozos de papel y en los números del ordenador que ahora llamamos dinero. Los bienes materiales, en efecto deben calificarse de bienes, pero son sólo medios y nunca fines. La misión de una empresa, cualquiera que sea su tamaño, es proporcionar medios de vida para que la persona humana, hombre y mujer, unidos, pueda cumplir la misión que en su propia naturaleza le viene señalada. Y por su parte, el Estado es también un simple instrumento al servicio de los miembros de la sociedad. Es fácil comprender que el gran desvío de nuestro tiempo se encuentra en la asunción absoluta del poder por esos equipos, prácticamente cerrados sobre sí mismos, que son los partidos políticos. A ellos, en todo el mundo occidental que se califica a sí mismo orgullosamente de democrático, corresponde con exclusividad el cometido de presentar a los ciudadanos los nombres, los vagos programas y las promesas diciéndoles: «Ahí los tienen, ahora escojan».

Pero aún más; en sistemas cada vez más extendidos esa elección aparece también manipulada. Si yo figuro con el número uno en la lista de candidatos de un partido, dejo de ser un candidato para ser un necesariamente elegido. La duda entre el ser o no ser comienza más abajo en los números más avanzados. De modo que el ciudadano ha sido despojado de dos funciones: presentarse como candidato y escoger dentro de la lista que se le presenta a aquel que le parece más adecuado. Si se atreve a hacerlo así su voto queda automáticamente anulado. Hace ya muchos años que Lenin definió elogiosamente este sistema como «totalitarismo», es decir, sometimiento total del Estado al partido. Para él se trataba de uno, para nosotros de varios. Pero la esencia de la totalidad sigue vigente.

El nuevo Humanismo, que sin duda va a producirse porque los materialismos han tocado fondo, debe tener en cuenta todas estas dimensiones que significan una herencia del cristianismo, el cual, en sus varias etapas y superando daños y errores a veces muy fuertes, llegó a colocarse como un enorme faro, en la cumbre desde donde se ilumina la sociedad. En él corresponderá el protagonismo a la persona y no al individuo. Porque si no, entraremos en la perplejidad, como advirtiera Maimónides. Importa mucho destacar la coincidencia entre Ortega y Gasset y Wojtila en otro punto: el progreso no consiste en tener más, es decir, acumular bienes materiales, sino en ser más, crecer. Y el hombre sólo crece cuando, haciendo uso de la enorme dignidad de su naturaleza, va incrementando los valores morales. Aún no ha sido retirada esa ley de la «memoria histórica» que sustituye la conciencia objetiva por una interpretación propagandística.
Voy a concluir este artículo  contando una anécdota que seguramente muy pocos conocen. El gran novelista Ernest Hemingway vino a España durante la Guerra Civil, movido por el anhelo de apoyar a aquel bando republicano que decía combatir por la libertad. Y se decepcionó terriblemente: allí no había libertad sino dureza, desde luego en ambas partes, cosa no extraña pues estas suelen ser las dimensiones de una guerra civil. De ahí que titulara la novela producto de esta decepción «¿Por quién doblan las campanas?» El 15 de julio de 1943 se estrenó en Nueva York un film basado en esta obra al que se titulaba sencillamente «War» (Guerra). Era de muy larga duración, 175 minutos, y estaba dirigida por Fred Zinnemann, que se hiciera famoso por «Solo ante el peligro», y en ella figuraban como actores Gary Cooper e Ingrid Bergmann, nada sospechosos. Sin embargo, la Prensa de la izquierda protestó porque a los militares se les llamaba «nacionales» como ellos hacían, y la secuencia más espeluznante era el asesinato de derechistas por miembros de las Brigadas Internacionales. Rápidamente se suspendió la proyección, se ejecutaron los recortes solicitados y se cambió el título por el mismo de la novela. De modo que, cuando tras la muerte de Franco, pudimos asistir en Madrid a la proyección de «¿Por quién doblan las campanas?» se nos dijo que íbamos a ver la «versión original» cuando, en realidad, era la recortada; de este modo se cumplía antes de tiempo la ejecución de la memoria histórica.

Un buen ejemplo de lo que ahora sucede. Si algún historiador trata simplemente de explicar lo que los documentos le dicen, corre el peligro de ser seriamente descalificado. Una lástima. Ese Neo-humanismo que el siglo XXI necesita, como el señor Rodríguez Zapatero reconoció en Ávila, necesita superar esos obstáculos, dando a la rectitud moral su preeminencia. Que no se repitan casos como el de Santo Tomás Moro. Ni tampoco, desde luego, como el de los hermanos Valdés. El saber humano, con todas sus limitaciones, es la gran plataforma hacia el progreso. Pero resulta imprescindible descubrir, sostener y respetar la verdad.

domingo, julio 08, 2012

El humanismo antidogmático

El humanismo antidogmático de Todorov

El pensador advierte, en su libro más reciente, del vínculo entre el ultraliberalismo y el discurso totalitario


El humanismo antidogmático de Todorov
El humanismo antidogmático de Todorov  
 
JOSÉ LUIS ARGÜELLES Pocos pensadores han visto con mayor nitidez que Romain Gary la desnuda verdad tras el recuento de los millones de cadáveres que dejó la Segunda Guerra Mundial. Acababa de regresar de aquel infierno, donde había combatido como piloto de las Fuerzas Armadas francesas: «Mientras no admitamos que la inhumanidad es algo humano seguiremos en la mentira piadosa». Tzvetan Todorov (Sofía, 1939) cita estas palabras casi al final de su último libro, La experiencia totalitaria, donde acumula nuevos argumentos a favor de un humanismo que participe por igual -sin bascular hacia una u otra- de las nociones que inspiraron el movimiento revolucionario de 1789: libertad, igualdad y fraternidad. El mal está en nosotros, como vio con lucidez desasosegante Gary, pero siempre cabe la posibilidad de domesticarlo, confinarlo, aplacarlo, si estamos vigilantes y hacemos de esos tres principios una guía universal.

Todorov ya planteó en El espíritu de la Ilustración (Galaxia Gutenberg, 2008) la necesidad de una «refundación» y la de «conservar vivos» el programa y la tarea ilustrados, además de cuestionar lo que en ese libro califica de «desvíos modernos», a saber: el cientifismo, el individualismo, la desacralización radical, la pérdida de sentido o el relativismo generalizado. Hay en esas páginas un intento de demolición del irracionalismo y sus escuelas que entronca, aunque sus maestros e inspiraciones no son los mismos, con el que ensaya Juan José Lebreli en El olvido de la razón (Debate, 2007), donde el filósofo argentino trata de desmontar -en la estela del Lukács de El asalto a la razón- la línea de sombra que va de Schopenhauer a los postestructuralistas, pasando por Nietzsche y Heidegger. Se trataría, según Sebreli, de un planteamiento filosófico opuesto «tanto al relativismo y el nihilismo como al dogmatismo y el autoritarismo».

En La literatura en peligro (Galaxia Gutenberg, 2009), el estructuralista Todorov canta la palinodia a propósito del abuso de algunos modelos teóricos en los estudios literarios. Y concluye, en coherencia con ese nuevo humanismo que viene desplegando desde distintas disciplinas (de la Poética a la Historia), que es necesario ofrecer una enseñanza de la literatura que devuelva al lector el gusto por la búsqueda de un «sentido» con el que «entender mejor al hombre y el mundo», además de «descubrir» en las obras una «belleza» que «enriquezca» nuestra existencia. Como aviso para navegantes, y con un punto tal vez de arrepentimiento por su contribución a tal estado de cosas, afirma el autor de Teoría de la literatura: «En la escuela no se aprende de qué hablan las obras, sino de qué hablan las críticas».

Todorov es un «hombre desplazado», según la acertada expresión que él mismo ha utilizado para titular uno de sus libros. Salvando todas las distancias, su vida y muchos de sus textos ofrecen puntos de engarce con la trayectoria de Amin Maalouf, más allá, claro, de que ambos han sido galardonados con el premio Príncipe de Asturias. Desde su salida de la Bulgaria comunista, en la que se educó, y su llegada a París, donde completó estudios con Barthes y dirigió con Genette la revista «Poétique» en los años previos a la revuelta estudiantil de mayo del 68, ha elaborado una perspectiva propia desde los sentimientos de desarraigo y pertenencia, desde el matiz y el análisis del funcionamiento de los regímenes totalitarios y de los sistemas democráticos, desde las experiencias históricas y el ejemplo vital e intelectual de un puñado de maestros. Su posición es hoy la de un inteligente defensor de un humanismo activo, crítico, poco complaciente con cualquier dogma, incluidos algunos de los que él mismo predicó en el campo de la teoría, como hemos podido ver.

La experiencia totalitaria se ajusta a esa descripción que acabamos de hacer a vuela pluma. Publicado en Francia en 2009 bajo el título de La signature humaine, incluye trabajos en los que Todorov homenajea a figuras como Germaine Tillion, Raymond Aron o Bajtín; repasa la contribución de otros personajes singulares del pasado siglo, caso de Jakobson o Primo Levi; desmenuza episodios como el de la suerte de los judíos búlgaros durante las persecuciones nazis en los tiempos de la «solución final»; investiga el carácter de Stalin y su estilo político a partir del impagable diario de Georgi Dimitrov, así como las relaciones entre artistas y dictadores o, en el último de los capítulos, las erizadas conexiones entre la memoria y el mal a cuento de algunas de las más oscuras páginas del grueso libro de la infamia: las del apartheid sudafricano o las del genocidio de Camboya bajo los jemeres rojos. Algunas de las opiniones de Todorov son sin duda polémicas. Pongo sólo un ejemplo: cuando señala, al referirse a los crímenes políticos pasados, que es más importante «entenderse en el presente que preocuparse por el juicio estrictamente jurídico de un acto del pasado». Habrá muchas víctimas o familiares de éstas que discrepen, comprensiblemente, de un punto de visto que trata de asegurar la convivencia aun a costa de renunciar a la justicia retrospectiva. Sin embargo, no fue otro el discurso que se siguió en España durante la transición del franquismo a la democracia.

Pero, a nuestro juicio, la aportación principal de este libro está en la introducción que Todorov escribe para el conjunto de los trabajos mencionados. El pensador combate en esas líneas, de frente y con sólidas razones, contra el «nuevo dogma ultraliberal», que considera «portador del mismo pensamiento monista que su enemigo» al simplificar la realidad y operar en una «sola dimensión». Para Todorov, que hace referencia explícita a Hayek, el ultraliberalismo enlaza con el discurso totalitario, sólo que, al contrario que este último, estigmatiza lo «colectivo» en vez de lo «individual». «Al hacerlo, contraviene -paradójicamente- el principio fundador del pensamiento liberal, que es que un poder limite otro», subraya. Un ensayo, pues, absolutamente recomendable en estos tiempos de rearme ultraliberal (aún está reciente la ofensiva del Tea Party Movement) pese al oscuro callejón económico a que nos han conducido las tres últimas décadas de desregulaciones del mercado y demonización del Estado.

sábado, julio 07, 2012

Lenguaje y poder

Lenguaje y poder  07/07/2012 publicado por José Aguilera Ovidio Roca
 USO POLITICO DEL LENGUAJE La importancia del lenguaje y del discurso político, es reconocida por la teoría del “giro lingüístico” la cual nos explica que los discursos ideológicos no descubren la realidad, sino que la crean y que el lenguaje no es un mero medio entre el sujeto y la realidad, ni tampoco un vehículo transparente o elemento accesorio para reflejar las representaciones del pensamiento, sino que posee una entidad propia que impone sus límites, y determina en cierta manera, tanto al pensamiento como a la realidad. Por la experiencia conocemos, que todo proyecto de poder busca su consolidación con el manejo de la fuerza, el control de la economía y especialmente del uso recurrente del discurso y el lenguaje. George Orwell en su libro “1984” nos presenta la neolengua, creada en su obra tomando como modelo el lenguaje utilizado por la propaganda totalitaria nazi y soviética. La neolengua estaba destinada a dominar el pensamiento de los miembros del Partido, y hacer inviables otras formas de pensamiento del pueblo, contrarias a los principios del  Ingsoc (Partido Socialista Ingles). “En dicho libro, el Ingsoc no es sólo el nombre del Partido que rige, sino su propia ideología. El Ingsoc es quien dirige con mano de hierro los destinos del Estado totalitario intercontinental de Oceanía, una de las tres porciones del mundo en la novela. El Ingsoc reafirma su poder eliminando toda prueba de cualquier realidad diferente a la suya, utilizando para ello la enorme capacidad logística del Ministerio de la Verdad, que se encarga de escribir, borrar y reescribir constantemente la historia según las cambiantes necesidades del Partido y la filosofía del doblepensar. El Ingsoc se caracteriza por canalizar toda la angustia y frustración del pueblo hacia un odio irracional contra el enemigo, y un amor equivalente al Gran Hermano, provocando así una ciega obediencia y la destrucción total de todo vínculo afectivo con cualquier otro ser que no sea el Gran Hermano”. (Wikipedia) En el país del Gran Hermano (Chávez, Evo?) se practica el bien pensar y se castiga el crimental (crimen de pensar diferente al régimen), confirmando la famosa frase de que “la realidad siempre supera a la ficción”. A su vez, nuestro amadísimo líder ha inventado y practica la neolengua plurinacional, el “evon”, pensando como siempre en sus hermanos y hermanas. Con su uso el vocabulario se reduce al mínimo y se eliminan todas esas engorrosas reglas y complicaciones gramaticales: de la concordancia de género y número, del uso de tiempos verbales y de los innecesarios pronombres y artículos, y nos permite usar un lenguaje expresivo, sintético y claro. La comunicación es directa y originaria, evita circunloquios y directamente inicia la comunicación con frases en infinitivo: Decirles que, comunicarles. El reduccionismo y simplicidad de esta neolengua, limita la abstracción y se vuelve asertivo, imperativo; trasmite y exalta las emociones primarias, nubla la inteligencia del oyente y es un excelente medio para señalar y denunciar al enemigo y ordenar acciones punitivas contra éstos. Con este nuevo lenguaje (similar al telegráfico de antes y hoy al twitter), podemos prescindir por innecesarios a los maestros de gramática, lenguaje e idiomas y nos ahorraremos esos (magros) sueldos. USO PROSAICO DEL LENGUAJE En otro contexto, pero siguiendo la tónica del manejo del lenguaje, algunos movimientos feministas buscan eliminar la discriminación sexista, exigiendo un uso “adecuado” del género gramatical. De esta manera “algunos y algunas”, piden decir y dicen: La Presidenta, la Concejala, la Ministra y ahí por delante. Y acatando esto diremos; que en el consultorio de la médica, la pacienta se impacienta. Continuando con esta tendencia y por equidad, especialmente esta época de consumo masivo del “cuarto de pollo”, consumo que según nuestro amadísimo líder causa una fuerte propensión hacia la homosexualidad, propongo utilizar un nuevo término que evite excluir a esta cada vez más extendida y alegre comunidad. Así hablaríamos de: El Presidente, la Presidenta y lo Presidenti; el Concejal, la Concejala y lo Consejali; el Ministro, la Ministra y lo Ministri y de esta manera seriamos mas incluyentes y menos machistas, así lo creo seriamente, seriamenta, serimenti. Hablar bien y fácil equivale a tener ideas claras. Santos Noco Choco.

Fuente: eju.tv - Lenguaje y poder
http://eju.tv/?p=219413

viernes, julio 06, 2012

Discurso del Presidente del Uruguay


Discurso Presidente de Uruguay Rio 20
 
“Autoridades presentes de todas las latitudes y organismos, muchas gracias. Muchas gracias y nuestro agradecimiento al pueblo de Brasil y a su Señora Presidenta y muchas gracias a la buena fe que seguramente han manifestado todos los oradores que me precedieron.  Expresamos la íntima voluntad como gobernantes de acompañar todos los acuerdos que ésta, nuestra pobre humanidad pueda suscribir. Sin embargo, permítasenos hacer algunas preguntas en voz alta. 

Toda la tarde se ha estado hablando del desarrollo sustentable. De sacar inmensas masas de la pobreza.  ¿Qué es lo que aletea en nuestras cabezas? ¿El modelo de desarrollo y de consumo es el actual de las sociedades ricas?  Me hago esta pregunta: ¿qué le pasaría a este planeta si los hindúes tuvieran la misma proporción de autos  por familia  que tienen los alemanes? ¿Cuánto oxígeno nos quedaría para poder respirar? 
Más claro: ¿el mundo tiene los elementos, hoy, materiales como para hacer posible que 7 mil u 8 mil millones de personas puedan tener el mismo grado de consumo y de despilfarro que tienen las más opulentas sociedades occidentales? ¿Será posible? ¿O tendremos que darnos algún día otro tipo de discusión? Porque hemos creado esta civilización en la que estamos: hija del mercado, hija de la competencia y que ha deparado un progreso material portentoso y explosivo. Pero lo que fue economía de mercado ha creado sociedades de mercado y nos ha deparado esta globalización, que significa mirar por todo el planeta.  ¿Y estamos gobernando la globalización o la globalización nos gobierna a nosotros? 
¿Es posible hablar de solidaridad y de que “estamos todos juntos” en una economía que está basada en la competencia despiadada?¿Hasta dónde llega nuestra fraternidad?  Nada de esto lo digo para negar la importancia de este evento. No, es por el contrario: el desafío que tenemos por delante es de una magnitud de carácter colosal y la gran crisis no es ecológica, es política. El hombre no gobierna hoy a las fuerzas que ha desatado, sino que las fuerzas que ha desatado gobiernan al hombre. Y a la vida. 
No venimos al planeta para desarrollarnos en términos generales. Venimos a la vida intentando ser felices. Porque la vida es corta y se nos va. Y ningún bien vale como la vida y esto es elemental.Pero la vida se me va a escapar, trabajando y trabajando para consumir un “plus” y la sociedad de consumo es el motor. Porque, en definitiva, si se paraliza el consumo, se detiene la economía, y si se detiene la economía, es el fantasma del estancamiento para cada uno de nosotros.

Pero ese hiper consumo a su vez es el que está agrediendo al planeta. Y tiene que generar ese hiper consumo, cosas que duren poco, porque hay que vender mucho. Y una lamparita eléctrica, no puede durar más de 1000 horas prendida. ¡Pero hay lamparitas que pueden durar 100 mil, 200 mil horas! Pero esas no se pueden hacer; porque el problema es el mercado, porque tenemos que trabajar y tenemos que tener una civilización de “use y tire”, y estamos en un círculo vicioso.

Estos son problemas de carácter político que nos están diciendo la necesidad de empezar a luchar por otra cultura. No se trata de plantearnos volver al hombre de las cavernas, ni tener un “monumento al atraso”. Es que no podemos indefinidamente, continuar gobernados por el mercado, sino que tenemos que gobernar al mercado. Por ello digo, que el problema que tenemos es de carácter político, en mi humilde manera de pensar. Porque los viejos pensadores definían –Epicúreo, Séneca, los Aymaras-: “pobre no es el que tiene poco sino que verdaderamente pobre es el que necesita infinitamente mucho y desea y desea y desea más y más”. Esta es una clave de carácter cultural.

Entonces, voy a saludar el esfuerzo y los acuerdos que se hacen. Y lo voy acompañar, como gobernante. Porque sé que algunas cosas de las que estoy diciendo "rechinan". Pero tenemos que darnos cuenta que la crisis del agua y la crisis de la agresión al medio ambiente no es una causa. La causa es el modelo de civilización que hemos montado. Y lo que tenemos que revisar es nuestra forma de vivir. 
Pertenezco a un pequeño país muy bien dotado de recursos naturales para vivir. En mi país hay 3 millones de habitantes (poco más, 3 millones 200). Pero hay unos 13 millones de vacas, de las mejores del mundo. Y unos 8 ó 10 millones de ovejas estupendas. Mi país es exportador de comida, de lácteos, de carne. Es una penillanura y casi el 90% de su territorio es aprovechable.

Mis compañeros trabajadores, lucharon mucho por las 8 horas de trabajo. Y ahora están consiguiendo 6 horas. Pero el que consigue 6 horas, se consigue dos trabajos; por lo tanto, trabaja más que antes. ¿Por qué? Porque tiene que pagar una cantidad de cuotas: la motito que compró, el autito que compró, y pague cuotas y pague cuotas y cuando se quiere acordar, es un viejo reumático como yo y se le fue la vida.

Y uno se hace esta pregunta: ¿ese es el destino de la vida humana? Estas cosas son muy elementales: el desarrollo no puede ser en contra de la felicidad. Tiene que ser a favor de la felicidad humana; del amor arriba de la tierra, de las relaciones humanas, de cuidar a los hijos, de tener amigos, de tener lo elemental.

Precisamente, porque eso es el tesoro más importante que tienen. Cuando luchamos por el medio ambiente, el primer elemento del medio ambiente se llama la felicidad humana.  Gracias."

lunes, julio 02, 2012

Lecciones de la IX marcha por el, TIPNIS


Pedro Portugal Mollinedo
pedro-portugal@periodicopukara.com

La IX Marcha de los indígenas del TIPNIS llegó a La Paz este 26 de
junio. La población paceña, al igual que en la anterior marcha,
recibió a los indígenas con cariño y solidaridad. Sin embargo,
la cantidad de personas movilizadas en esta oportunidad no igualó el
multitudinario recibimiento a la VIII Marcha.

Posiblemente el impacto en la población paceña hubiese sido menor
si el gobierno no hubiera convocado para esa misma fecha una marcha de
apoyo a su política y de repudio al TIPNIS.

Esa medida desatinada sirvió para que, a último momento, muchos
paceños y paceñas se movilizaran, ante la amenaza de
enfrentamiento con la contramarcha convocada por el MAS. Felizmente no
hubo provocación ni choque entre ambos gentíos.

Ambas movilizaciones destacan las tácticas del actual gobierno para
encarar el problema indígena. Si no existe una renovación radical
en su política, el problema del TIPNIS sepultará definitivamente
la calidad de cambio que el gobierno se atribuye. Para frenar la
importancia de esa marcha se lanzó una intensiva campaña
mediática de desprestigio de los líderes indígenas; se
inundaron los medios con propaganda que muestra a habitantes del TIPNIS
agradecidos por las dádivas materiales que les hace llegar el
gobierno, y por ello reproducen las tesis oficialistas; finalmente, se
movilizaron a indígenas del occidente y a cocaleros colonizadores en
una perspectiva de enfrentamiento de indios contra indios.

Todas esas medidas son coloniales. Fueron utilizadas por los gobiernos
decadentes que el MAS denunciaba. Al utilizar los mismos recursos el
gobierno se degrada y prepara el escenario de su derrota, como lo
hicieron los anteriores regímenes. En realidad, se ha llegado a este
estado de cosas como conclusión lógica de un discurso culturalista
y pachamamista que en la práctica se reveló insostenible e
incoherente. Se trata, en consecuencia, de reconducir el proceso, no en
los términos prácticos y teóricos que llevaron al actual
descalabro, sino modificando radicalmente las políticas al entender
al indígena como una fuerza laboriosa y entroncada en los desafíos
contemporáneos y universales de la producción, el saber y el
conocimiento.

La estrategia de manejar al indio para prolongar políticas
agónicas, de enfrentarlo internamente y negarle el protagonismo
histórico que se merece, sólo indicaría que este gobierno es el
último del sistema colonial y no el primero del proceso
descolonizador.
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