Me ha llegado este mensaje,
el que considero muy oportuno por el cuadro que se viene configurando con los
repetidos actos de desconocimiento de la legalidad, la democracia y la justicia
que vuelve a poner en el campo del enfrentamiento la resolución de los
problemas que debieran ser encarados en un ambiente de madurez reflexiva y de
respeto mutuo, que garantice el derecho a la vida, al que tenemos todos los
habitantes de este país.
Lo retransmito íntegro, con
la aclaración de que, al margen del contenido político que pueda tener, es un
pedido que se hace desde el punto de vista de la no violencia, con el que me
adhiero plenamente. Es un principio que sostiene el humanismo, cuya ideología es
la única propuesta existente hasta ahora en la humanidad toda para una
convivencia pacífica, dentro de un marco de respeto a las diferencias.
Cordialmente
Álvaro Jordán
De: Comité pro Santa
Cruz [mailto:jimiortiz@cotas.com.bo]
Enviado el: jueves, 20 de mayo de 2010 10:51
Para: ajordan
Asunto: Mensaje de Ruben Costas
Enviado el: jueves, 20 de mayo de 2010 10:51
Para: ajordan
Asunto: Mensaje de Ruben Costas
A usted Ciudadano, Ciudadana:
Muchas veces se cuestiona o no se comprende el por qué de nuestro accionar y el por qué de ciertas decisiones que se deben tomar en reflexión y no actuar bajo el impulso de una reacción deliberada y radical. Nuestra lucha tiene un objetivo y no podemos desviarnos del mismo aunque nuestro oponente haga todo lo posible para que todo sea así.
Reflexionemos en este documento, (Documento circulado durante los movimientos de protesta llevados a cabo en Chile en el año 1983.), que me permito enviar hoy a ustedes, porque en cada uno de sus puntos refleja el camino de nuestro accionar y nos muestra la fortaleza y unidad que debe primar por encima de cualquier interés que nos desvíe de nuestro objetivo.
Me permito pedir a ustedes hacerlo circular y leerlo con detenimiento y a quienes puedan imprimirlo y repartirlo en los diferentes círculos a los que puedan tener llegada. Somos conscientes de nuestras limitaciones, pero con creatividad, iniciativa y valentía podremos responder de manera ejemplar a nuestras necesidades y ahí usted ciudadano, ciudadana, es un actor fundamental.
Su ayuda y apoyo en estos momentos es muy importante para Santa Cruz.
Gracias una vez mas a todos ustedes que siempre estuvieron cuando esta tierra los llamó.
Rubén Costas Aguilera
Gobernador electo de Santa Cruz
DECALOGO
DE LA NO-VIOLENCIA
Para
asegurar el éxito de nuestras luchas por la democracia y los derechos humanos
que estamos desarrollando a través de las protestas pacíficas y de otras acciones
noviolentas, debemos sujetarnos con disciplina a las siguientes normas:
1.- Aunque a veces cueste y, por las provocaciones, resulte
difícil de cumplir, la regla principal es: DEBEMOS
ABSTENERNOS DE RECURRIR A LA VIOLENCIA.
Evitemos
destruir bienes públicos o privados y causar daño a las personas. No es éste el
objetivo de nuestra lucha. En la no-violencia de nuestras acciones está la
llave del éxito de nuestros esfuerzos, puesto que nos negamos a caer dentro de
la lógica en que pretende legitimarse la represión. Es en este terreno -y sólo
en éste- donde tenemos ventajas claras sobre el régimen que nos oprime.
2.- Conservemos siempre la calma, evitando toda
precipitación en nuestras acciones.
Es
preferible usar unos minutos para planificar bien lo que vamos a hacer y
asegurar así lo más posible su éxito, que perder todo lo avanzado en un minuto,
ser aplastados y quedar derrotados.
3.- Juntemos nuestros esfuerzos a
los de otros,
coordinémonos con ellos y sintámonos participando en lo que este combate no-violento
por la democracia es: una tarea de todo el pueblo.
Nunca
actuemos solos, aisladamente. Si lo hacemos, seremos vencidos. Si nos salvamos
de ser destruídos, quedaremos con toda seguridad frustrados, desmoralizados y
anulados para continuar la lucha hasta la obtención de sus objetivos.
4.- Tengamos paciencia aunque no veamos
resultados inmediatos. El régimen negará hasta el final su fracaso y se
resistirá a salir de escena para dar paso a la democracia. Sólo nuestra
persistencia, unida a la de la inmensa mayoría de los chilenos, logrará
conseguir las metas buscadas. La lucha podrá parecernos larga, pero lo sería
más si la abandonáramos cayendo en la pasividad o en la violencia.
5.- Rechacemos toda provocación. El régimen, junto
con usar la represión, recurre a tretas o trampas para arrastrarnos a su campo
de batalla: el terreno de la violencia. No le hagamos el juego.
6.- Dominemos nuestro miedo. Tener miedo es
normal. No nos avergoncemos si lo experimentamos, pues se trata de un
sentimiento natural que no nos disminuye. Lo importante es que encontremos
siempre un modo de protestar o de actuar, por modesto que sea. Poco a poco, con
la ayuda de nuestro grupo de acción, iremos venciendo el temor y podremos
actuar con más fuerza. Recordemos siempre que el régimen se ha sostenido -y
sigue afirmándose gracias a nuestro miedo. Al vencerlo o controlarlo le
estaremos quitando una parte importante de su base de sustentación.
7.- Hagamos en nuestro grupo, después de cada
acción no-violenta llevada a cabo, un cuidadoso y honesto balance.
No
nos desanimemos por los errores cometidos. Identifiquémoslos y tomemos medidas
para no repetirlos en la jornada siguiente. Confrontemos nuestro balance con el
de otros grupos a fin de mejorar constantemente la calidad de la acción de todo
el conjunto.
8.- Mantengámonos fieles al
objetivo central de
la lucha: poner fin a la dictadura y construir la democracia.
Alejemos
de nosotros cualquier fin secundario. No busquemos, por ejemplo, venganzas personales
ni alentemos el odio. Alcanzada la meta, todo -incluyendo la justicia- será una
tarea nueva.
9.- Utilicemos siempre la razón, la
verdad y nuestro propio sacrificio. Son fuerzas indestructibles, las
únicas armas que nadie puede arrebatarnos.
10.- Rompamos el bloqueo
informativo y denunciemos las mentiras gubernamentales. Difundamos este
decálogo y todos los comunicados acerca de nuestras acciones de lucha. Usemos
medios simples a nuestro alcance: nuestra palabra, cartas tipo
"cadenas", el teléfono, fotocopias y todos los que nuestra
imaginación pueda crear. No le creamos, mientras no cambien, a la TV y a los
diarios que distorsionan y ocultan la verdad.
(Documento
circulado durante los movimientos de protesta llevados a cabo en Chile en el año
1983.)