lunes, marzo 07, 2011

Identidad y reconfiguración política en Santa Cruz

Identidad y reconfiguración política en Santa Cruz

Pablo Javier Deheza / Santa Cruz


El trabajo de los ganadores del Primer Concurso de Ensayo sobre la Identidad Cruceña sirve como punto de partida para analizar la situación actual del discurso dominante en Santa Cruz, sus perspectivas, sus anclajes en la así llamada institucionalidad cruceña, y la renovación y reconfiguración de las fuerzas políticas presentes en el departamento.





Lo que ha venido sucediendo en Santa Cruz en los últimos años es algo que no se puede explicar sin algunos componentes centrales: el papel del Comité Cívico Pro Santa Cruz, la ideología emitida desde ahí, la corporativización de la política y la mitificación de aspectos vitales del departamento.
El Comité devino en el lugar desde donde las elites económicas del departamento formalmente reconocidas hacían política emitiendo su ideología y valores culturales. Es desde ahí donde nace el discurso dominante y la mitología en la que asienta su hegemonía el
establishment cruceño. El elemento central con el que jugó en esta construcción fue la identidad cruceña. Lejos de acercar la misma a la realidad –a esa diversidad maravillosa y profundamente boliviana que existe en el departamento–se procedió más bien a trasmano contra la construcción cultural y la historia del departamento creando un mundo imaginario donde lo cruceño constituía un referente estático definido a imagen y semejanza de las elites. Hasta ahí no habría problema, finalmente cada grupo tiene el derecho a verse a sí mismo como mejor le plazca, sea elite o no. El problema es que esta mitología tuvo un uso político y consecuencias directas en la representación ciudadana en Santa Cruz. Al tener la identidad cruceña –tal cual es entendida en los cánones del discurso dominante– un contenido excluyente, se cerró las puertas para que las grandes mayorías del departamento se sientan representadas. Por eso es que cuando el Comité pretende hablar a nombre de todos los cruceños carece de legitimidad. Sin duda que es la voz, real e importante por cierto, de las elites dominantes, pero no es la totalidad de las voces existentes. Esto dejó a las mayorías sin representación y fue así que al partido de Gobierno le resultó muy fácil hacerse con ellas.

Mutaciones en el panorama actual

Hoy en día se ve que los actores políticos en el departamento se están readecuando y buscan formas de repensarse. De acuerdo con lo expuesto por Gustavo Pedraza, analista de temas sociales en Santa Cruz, los actores políticos tradicionales han recompuesto sus formas de organización. Es decir, han mutado pero continúan representando los mismos intereses de antes. Actualmente existe diversidad de agrupaciones ciudadanas nacidas dentro de Santa Cruz. En lo que se ve, ninguna de ellas cuenta con una plataforma ideológica sólida, ninguna tiene una visión de país capaz de seducir más allá de los bordes del departamento, y ninguna tiene liderazgos más o menos potables a nivel nacional. Una característica esencial que comparten es que de un modo u otro todas están inscritas dentro de los cánones del discurso dominante. Esto quiere decir que todas pelean por el mismo nicho de representación ciudadana desde diversos matices.
Helena Argirakis, politóloga cruceña, pone en relieve el hecho de que los empresarios están saliendo del escenario político. Eso es positivo en la medida en que se genera la oportunidad de que estos espacios vayan a ser ocupados por actores con verdadera vocación política. "Antes los empresarios se dedicaban a la política como un
hobby, ahora estamos frente la posibilidad de que aparezca una clase política profesional", remata.
Se observa también que muchos actores del pasado intentan reciclarse como les sea posible. Esta es una forma de mutación política que puede llegar a constituirse en un reto para la formulación real de un nuevo pensamiento político en Santa Cruz, en la medida en que viejos actores con viejas mañas logren metamorfosearse y presentarse como opciones novedosas cuando no son otra cosa que la reiteración de lo mismo en una suerte de gatopardismo. Es indudable que las viejas estructuras intentarán sobrevivir. Lo cual nos lleva al siguiente punto.
Nuevas estructuras de representación política ciudadana

Los retos que le esperan a Santa Cruz no son menores. No sólo está en juego la formulación de nuevos paradigmas ideológicos. La identidad misma, como construcción discursiva, tendrá que vaciarse y volver a llenarse con elementos más reales, incluyentes, dinámicos y abiertos; debe dejar de tener dueños y volver a pertenecer a todos. No sólo hay problemas de representación política de las mayorías, sino también de inclusión de sus capitales culturales, simbólicos, económicos y culturales en la formulación de nuevos contenidos políticos.
A partir de lo anterior tendrán que verse nuevas formas de organización que trasciendan lo que hasta ahora se ha venido entendiendo como la institucionalidad cruceña. Necesariamente, para cambiar las cosas, tendrán que aparecer nuevas estructuras ciudadanas donde no estén ancladas las actuales prácticas y valores corporativos excluyentes.

Nuevas fuerzas sociales

Los indígenas de tierras bajas son, sin lugar a dudas, nuevos protagonistas con un papel central en la política nacional. Ha sido precisamente la alianza entre éstos y los de tierras altas lo que ha permitido que se conforme el bloque histórico del MAS. Gustavo Pedraza puntualiza que "si bien en las tierras altas son los pueblos indígenas los principales actores políticos que han ocupado amplios espacios de poder, en Santa Cruz, pese a su empoderamiento, la ocupación de espacios de poder está concentrada localmente en municipios y en la Asamblea Departamental. La irrupción política de los pueblos indígenas cruceños en cada uno de sus territorios se evidencia en el control de los gobiernos municipales de Concepción, San Xavier, San Miguel, San Rafael, San Antonio de Lomerío, Urubichá y Ascensión de Guarayos. La victoria de abril lograda por la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG) en Charagua para la constitución de una Autonomía Indígena en su territorio será un referente para los demás pueblos indígenas de Santa Cruz".
También se refiere a la situación de los otros cruceños y señala que "los migrantes urbanos y rurales que habitan en Santa Cruz son los nuevos actores que han irrumpido en el escenario político regional modificando la configuración y correlación de fuerzas en el departamento. Los municipios rurales de mayoría migrante han sido conquistados fácilmente por el MAS en las últimas elecciones municipales. En los distritos urbanos con alta presencia migrante, como el Plan 3000, la victoria del MAS ha sido arrolladora. Los nuevos cruceños no sólo quieren ser actores económicos o exitosos emprendedores sino que reclaman, con legítimo derecho, compartir el poder que no tuvieron hasta ahora y el MAS es su instrumento". Evidentemente hay una verdad incontrastable en política: representación que se cede, representación que se pierde. La oposición actual ha sido incapaz de trascender su espíritu excluyente y ha entregado la representación de estas mayorías al oficialismo.

Campo político

Helena Argirakis rescata para el análisis el concepto de campo político. De acuerdo con ella, éste "más que de la construcción del escenario político a partir de lo institucional o formal legal, nos habla de las fuerzas vivas, de los sectores y grupos sociales emergentes que están disputando y generando luchas políticas efectivas para posicionarse dentro del campo político cruceño. Este concepto, que lo plantea Pierre Bourdieu, nos refiere a la política como una relación de disputa entre actores que reclaman para sí el capital simbólico de la política que no redunda tal sólo en resultados electorales sino en la capacidad de incidir en la correlación de fuerzas y así generar cambios". Esto quiere decir que necesariamente Santa Cruz camina a un re-pensarse, que ha de venir desde la propia base social del departamento y es muy real hablar de un campo político cruceño.
A la vez, una cosa también es cierta: cualquier proceso de cambio en Bolivia es impensable sin Santa Cruz de por medio como actor preponderante. Santa Cruz debe resolverse políticamente para bien de todo el país.

domingo, marzo 06, 2011

¿Gobiernan los gobernadores?


¿Gobiernan los gobernadores?
El Deber 06 03 2011

Dominicus

Parto de una premisa elemental: los gobernadores departamentales en Bolivia que han sido ungidos por el voto popular merecen todo mi respeto. El voto es el voto. Quien ganó, tiene esa indiscutible legitimidad.
Como en tantas otras cosas que terminaron beneficiando a todo el país, Santa Cruz lideró el movimiento para lograr la elección por voto directo de los prefectos, enterrando así para siempre el centralismo absolutista que permitía sus nombramientos (o remoción) a voluntad y capricho mediante simple decreto presidencial. Con la nueva Constitución Política del Estado (CPE) se ‘aggiornó’ el calificativo de las autoridades elegidas. Ahora son ‘gobernadores’, título más acorde con la época, pero todavía lejos de la verdad verdadera.
¿Manda el gobernador a la Policía boliviana en su departamento? La respuesta es un contundente ¡no! Aunque se hace la parodia del ‘reconocimiento’, sabido es que el mando policial se centraliza en La Paz. El comandante policial en la región no mueve un dedo sin tener previamente la venia del centralismo acerca de lo que le pida el gobernador.
¿Tienen los gobernadores –como sucede en muchos otros lugares del mundo– una Policía departamental propia? Otra vez un rotundo ¡no! Cualquier tímido intento de querer formar una fuerza propia –aunque más no sea para controles callejeros y de tránsito– se ha topado con un muro impuesto por el centralismo. Es más, hubo acusaciones oficiales de intentar crear ‘fuerzas paralelas’ y un sinfín de tonterías. El centralismo no cede ni un milímetro en esta cuestión.
A todo esto, se habla de ‘autonomías’. ¿Qué autonomías? Hasta los presupuestos de gobernadores y alcaldes están controlados mediante el sistema Sigma que maneja el poder central. Basta apretar un botón andinocentrista y ¡chau! No se puede retirar ni un peso para necesidades locales…
Sin disponer de un mínimo de monopolio legítimo de la fuerza para imponer sanciones y ordenar lo que corresponda, no sé qué poder efectivo tienen los gobernadores, más allá del intrínseco poder moral otorgado por los votantes. No mandan policías, no pueden crear una Policía propia y sus fondos son controlados desde La Paz. O esto cambia o todo será una burla.
 Los gobernadores elegidos deberían tener un cónclave entre ellos y hacerle un serio planteamiento al Gobierno central. Caso contrario, mejor es que vuelvan a llamarse prefectos, ya que poco y nada gobiernan. Una pena, pero así están las cosas.

jueves, marzo 03, 2011

Hablando de resistencia


Hace un tiempo atrás publiqué esta nota. Hoy quiero refrescar la memoria de quienes lo leyeron para que recuerden, y para los que no lo hicieron que sepan que la Resistencia es un derecho al que debemos acudir en éstas instancias lacerantes para nuestro pueblo.

HABLANDO DE RESISTENCIA
Oswaldo Roca Añez

Cualquier violación o infracción de la ley en perjuicio de otros, por pequeña que sea, implica un acto de tiranía, y excediéndose el poseedor de la autoridad pública, de la poterstad que le ha sido confiada por la ley, se justifica la resistencia, reconociéndose así el derecho de insurrección contra la tiranía.

Los abusos del gobernante, en este caso, acarrean la disolución del gobierno abusivo, pero no de la sociedad.

"La resistencia es la postura que se opone o que no cede a la acción de una fuerza. Pero la fuerza del que resiste es de índole diferente a la fuerza del que ataca. Mientras la de éste es activa, la de aquél es de inercia. En su acepción de elemento de la ciencia física, la inercia es una fuerza, una propiedad que poseen los cuerpos de permanecer en el estado de reposo o movimiento hasta que los saque de él una causa extraña."

La resistencia civil es una expresion de la gente que no quiere seguir sometida a la violencia que azota su región o su entorno, es una muestra valerosa de oposición desarmada a la guerra.

Un hecho es catalogado como resistencia civil a partir de dos caraterísticas principales: Han sido acciones colectivas y han evitado el recurso a la violencia.

Su cubrimiento y análisis requiere tener en cuenta las siguientes precisiones:

1) Estas acciones no hacen parte de una estrategia de contrainsurgencia civil.

2) Su principal objetivo es la defensa de la vida,el patrimonio cultural y la dignidad humana.

3) Sus acciones no significan apoyo a ningún actor armado, oficial o ilegal. Es una acción de la población civil, para la población civil.

Que es Resistencia Civil y que no?

La resistencia civil no es estar en contra. "Es una fuerza ética, política y existencial, donde la democracia es el espacio propicio para la paz",

La resistencia implica defender los derechos de los pueblos (a la vida y a la autonomía). La resistencia es colectiva y organizada, no violenta.

Su objetivo es la reestructuración del tejido social a través del rescate y fortalecimiento de los valores y costumbres, mediante la reeducación de nuestra gente y la realización de prácticas diarias de no violencia, el apoyo a los procesos comunitarios y sociales, el respeto a la diversidad y a la cosmovisión de nuestro pueblo, porque o sobrevive la cultura o queda la barbarie.

La resistencia se ejerce en contra del olvido del Estado y en contra de todos los proyectos y políticas que van en detrimento de la identidad y dignidad de los pueblos, ya sea de origen insurgente, estatal o paraestatal (...).

Resistir es proponer.

La resistencia es a la guerra, no a los guerreros.

La resistencia es la construcción ética de los movimientos que nos ayudan a proteger la vida, los derechos humanos, que nos ayudan a proteger los territorios (...). Pero ante todo es una actitud que requiere coherencia en lo privado y en lo público.

Resistencia Civil es la facultad que tiene toda sociedad digna y libre para defenderse contra el despotismo e incluso destruirlo.

Más que un derecho es un principio emanado de la teoría del contrato social y la soberanía popular. Aunque no está definida jurídicamente, por cuanto no es un derecho individual ni social, no es garantizado en forma efectiva y concreta por el Estado. Es un derecho político que no pertenece a los individuos como tales, sino a la colectividad y que se puede expresar como defensa social del Derecho cuando éste es vulnerado por los gobernantes. Suele confundirse con el derecho a la revolución, que no es lo mismo, porque este último es el derecho al cambio institucional violento.

El derecho a la resistencia a la opresión, fue proclamado durante la revolución francesa como consecuencia lógica de los principios fundamentales de la democracia, y durante la revolución norteamericana por la independencia y la de Hispano América por el mismo principio contra España, como justificativo de la insurrección de las colonias contra los abusos de la metrópoli.

La violación del Derecho es opresión.

Si el legislador dicta una ley indebida o no dicta la que desea el pueblo, es que hay opresión en la que no sólo incurre el Ejecutivo sino también el Paralamento. Igual, si un acto individual, o administrativo o jurisdiccional viola, infringe o desobedece la ley se comete opresión. En estos caso el pueblo puede resistir, cuyo derecho, es de tres clases: la resitencia pasiva, la defensiva y la agresiva.

La Resistencia Pasiva es el derecho del individuo para resistir por cualquier medio legal toda medida de la autoridad, contraria al Derecho, o todo acto contrario contrario a la ley, cumpliendo la medida sólo cuando se le obliga por la fuerza, pero haciéndo constar su protesta contra la violación del Derecho y que cede sólo ante la fuerza.

La Resistencia Defensiva se opone haciendo uso de la fuerza para resistir la ejecución de una ley contraria al Derecho o de un acto individual contrario a la ley. Este derecho sostienen autores es teóricamente justo pero que se se le reconociera jurídicamente a cada individuo para resistir por la fuerza todos aquellos actos que considere contrarios a la ley, sobrevendría el desorde y el caos en la sociedad.

La Resistencia Agresiva se justifica, pero no debe prodigarse por ser peligrosa para la vida normal de la sociedad. El derecho de insurrección no puede tener cabida en el Derecho Positivo, por cuanto en caso de triunfo, ninguna autoridad perseguiría a los triunfadores como reos de atentado contra la seguridad del Estado, y si es derrotado y fracasa, ningún juez juzgará a los insurrectos por subvertores a causa de la tiranía del gobernante, declarando legítima la intención de derrocarlo.

Respaldar y promover la resistencia civil implica reconocer la participación real de las comunidades, validar informativamente su búsqueda civil de soluciones al conflicto, su recurso de avanzar mediante consensos sociales, consultas y concertaciones.

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