lunes, enero 16, 2012

La vigencia y utlidad del humanismo



  Opinión de
  (María Elena Álvarez de Vicencio)
La vigencia y utilidad del humanismo
María Elena Álvarez de Vicencio | Opinión
2012-01-16 | Hora de creación: 01:40:28| Ultima modificación: 01:40:28

En estos días en que dominan los temas electorales y políticos y flotan en el ambiente ambiciones de poder y proyectos personales y en el que surgen las presentaciones de libros pensados para apoyar esos proyectos, llama la atención un libro que aparece como brisa fresca para serenar y encausar las acaloradas posiciones.

Me refiero a la publicación realizada por la Fundación Rafael Preciado Hernández, de un texto del joven filósofo Alejandro Landero, titulado Claves del Humanismo y que aparece con toda oportunidad como un material de reflexión para la turbulenta etapa que vive nuestro país.

El humanismo, como señala en el prólogo Lorenzo Servitje Sendra, “es un movimiento que hunde sus raíces en los clásicos griegos, en las instituciones jurídicas romanas, en el mensaje del cristianismo. El humanismo se comprende y se configura en las luchas por las libertades, en el reconocimiento de los derechos universales, en la defensa del ser humano frente al totalitarismo. Por ello, ha encabezado transiciones a la democracia, ha escrito buena parte de la historia de la humanidad como la construcción de la Unión Europea y da día a día testimonios invaluables por la libertad y la vida”.

El humanismo a través de los siglos ha conquistado espacios políticos, ha movilizado a pueblos enteros, ha propuesto y defendido valores que nutren la cultura occidental en gran medida y que sigue ofreciendo caminos de superación y bienestar a los pueblos. “El humanismo es mucho más que una serie de conceptos filosóficos, es una forma de vida capaz de sacar a la luz lo mejor del ser humano a favor del desarrollo de la sociedad”. Este texto nos confirma que “el humanismo no sólo está henchido de glorias pasadas, sino también de propuestas para conquistar el siglo XXI”.

La obra es una compilación de temas de gran relevancia en nuestro momento, como la educación, la competitividad local, la participación ciudadana, la rendición de cuentas, la ecología y la sociedad de consumo. El humanismo parte del reconocimiento de la dignidad de la persona y de su aspiración a la trascendencia, reconoce la libertad y autonomía del ser humano, pero también le indica la necesidad de conformar comunidades como la familia y el deber de colaborar con el Estado en la construcción del bien común. “El humanismo apuesta por el desarrollo, sólo si es sustentable; protege las instituciones democráticas y a la vez tiene también un espíritu reformista que busca perfeccionarlas; cree en la pluralidad pero también en el esfuerzo cívico por encontrar horizontes de significado común; reconoce la importancia de la laicidad del Estado, al mismo tiempo que reitera el valor de la libertad religiosa, sin confesionalismo ni jacobinismo”.

La doctrina humanista puede subtitularse como solidarismo libertario, “es una propuesta de centralidad política, entendiendo centralismo no como simple equidistancia izquierda-derecha, sino como punto de encuentro en la dignidad de la persona. Centralidad que implica diálogo, acuerdo, paz. El humanismo es una propuesta que requiere la aplicación del principio de subsidiariedad  integrado con el de solidaridad, para que los valores libertad y justicia sean complementarios, no antagónicos”.

El humanismo, dice el autor, “considera a la democracia como la mejor forma de gobierno, ya que reconoce la igualdad y la libertad de todos los seres humanos. La democracia, para que no degenere en demagogia, debe estar acompañada de una fuerte cultura cívica basada en el respeto a los derechos humanos fundamentales”.

Para que los ciudadanos participen con su gobierno y sean solidarios con su país se requiere que estén informados de lo que sucede en la administración pública, por esto el autor señala la importancia de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Publica Gubernamental aprobada en el 2002 y que ha permitido abrir al gobierno a los ojos de los ciudadanos. El país de la opacidad ha pasado a ser uno de los países más transparentes del mundo. La Ley Federal de Transparencia en México ahora es modelo internacional. Es necesario continuar trabajando, especialmente en los gobiernos locales, que continúan ocultando su información.

El autor incluye en sus reflexiones el tema de la violencia que a todos preocupa, pero que no todos colaboran para evitarla, empezando por no ser violentos en la familia porque “la tarea de construir la paz es una tarea en la que todos tenemos algo que hacer, sobre todo, trabajando para eliminar las causas de la violencia. Nadie puede permanecer omiso. Si todos ponemos de nuestra parte, y estamos unidos, esta lucha se puede ganar”.

Finalmente, Landero propone en su obra que: “Tengamos el coraje cívico suficiente, para rescatar lo bueno que hemos logrado y corregir el rumbo donde se ha errado. Potenciemos nuestra capacidad de ciudadanos de una república que puede y debe ser mejor… Es necesario un cambio de mentalidad para tener en México más ciudadanos y menos súbditos, más emprendedores y menos vividores. Es necesario que los ciudadanos no sólo reclamen derechos, sino que también asuman responsabilidades. El paternalismo hace cada vez más dependientes a las personas y a las organizaciones; en vez de ayudarles a liberar sus talentos, las esclaviza bajo nuevas formas de caudillaje y cacicazgo”. Vale la pena leer esta obra.



Secretaria Ejecutiva del Inmujeres

melenavicencio@hotmail.com

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