Bulling

El artículo de Pereyra Oscar explíca muy bien los origenes de las camarillas universitrarias, colegiales y también de las pandillas juveniles que en los últimos tiempos proliferan en el País y en todo el continente, las que han alcanzado tal magnitud que se han transformado en verdaderos ejércitos delincuenciales en México y Centro America  (Zetas y Maras).
Son grupos de poder, no oficiales, que hacen los trabajos sucios que el Estado ni los partidos no puede hacer por la necesidad de preservar una imagen respetuosa de la ley.
son parte de la radicalización de los Estados fallidos, en los que la delincuencia y la corrupción han alcanzado niveles fuera del control de la institucionalidad legal. Por lo tanto son los enemigos del humanismo

Oscar Pereyra
opereyras@hotmail.com

Complementando el artìculo del amigo Julio Rios, sobre el controvertido fenomeno del "bulling", me gustarìa añadir algunas reflecciones para entender de donde provienen estas actidudes maliciosas y vandàlicas como muy bien las califica nuestro amigo.

Este fenòmeno no es otra cosa que una reproducciòn ampliada de grupos sociales qeu buscan poder desde la infancia basados en la actitud de sus padres quienes vieron que formando logias o grupos secretos podìan lograr que un determinado grupo se beneficie ultrajando al resto favoreciendose mutuamente y sabiendo que sus compañeros, socios o amigos hacìan daño a los demàs para beneficio de ellos, ahora sabemos que se llaman roscas en muchos casos aparentan estar enemistados pero en realidad son complices de fechorìas que cometen y entre ellos se cubren.

Este no es solo un fenómeno de la angurria de poder es tambièn el germen de la corrupciòn, juntarse o unirse entre 4, 6, 8 o mas personas avidas de poder para someter al resto y lograr que ellos siempre sean los ganadores, convirtiendose en testigos incondicionales para humillar y ultrajar al que està fuera del grupo, de aquì se desprende una reproducciòn de los hijos de estos que forman los grupos de niños con esa experiencia y el asesoramiento de los padres para someter a los otros niños que si estàn fuera de esta "rosca" son victimas de calumnias y ultrajes, mas aun cualquiera que tenga el valor de desafiarlos es victima de violencia y hasta lo que se sabe de actos criminales, el poder llega al a tal lìmite que no admiten ser contradecidos en nada, llegando a someter y/o retirar a profesores o Directores de colegios que no les son utiles, es como si se estuviera en un penal o un reformatorio.

Si a todo esto añadimos, la competencia despiadada por ser el mejor engañando al resto y actuando en grupo para hacer creer que su socio es el mejor desmerenciendo y entorpeciendo los logros del resto para lograr que ese grupo sea el dominante desde lo mas pequeño hasta lo mas grande tenemos el resultado enfermiso que se da en la sociedad de hoy ya como una conducta antihumana que termina con el enfrentamiento dentro de la sociedad, el resultado es que nadie confia en nadie y se forman los amigos secretos, despiadados con los mas debiles pretendiendo convertir las bajezas en virtudes.

Los daños psicologicos para los mas debiles son enormes, desde la perdida de identidad, hasta transtornos emociales deribados de una inseguridad permanente, ¿como convivir en paz cuando se tiene a un grupo que va a pretender destruir o desmerecer cualquier acto bueno o positivo que se quiera realizar? ¿como podrìa lograr el desarrollo personal en este entorno? afortunadamente el mal tiene un lìmite y termina cuando se hacen daño entre ellos mismos y la naturaleza humana hace que en determinado momento encuentre su equilibrio, aunque es una agonìa que puede durar mucho tiempo y terminar con las victimas.

Por lo tanto considero que socialmente, se debe atacar a estos valores distorcionados del ansia de poder y el ascenso social hacia los poderosos como un mal social que no nos trae nada bueno a largo plazo, puesto que cargaran por toda la eternidad por sus actos de mala fe y se daràn cuenta mas tarde que temparano que lo unico que han conseguido es hacer daño.

JOSÉ LUIS BOUZA ÁLVAREZ

{ EL ANÁLISIS }

Humanismo de Terry Eagleton

    

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ES evidente que las sociedades liberales de capitalismo avanzado propenden por naturaleza al pragmatismo, relativismo y utilitarismo, y que son muy superfluas. Indiferentes -cuando no hostiles- a la cultura humanista, a la hondura y problematicidad del vivir, a viejos símbolos y significados religiosos, parece connatural a ellas el ateísmo. Ese sería el fondo de una ofensiva contra la religión que tergiversa las cosas y tendría su otra cara de la moneda en el fundamentalismo. Por legítimo que sea la oposición a políticas impulsadas por la Iglesia, sólo un rancio racionalismo fundado en leyendas y mitos -como el ingenuo optimismo de progreso indefinido-, daría lanzadas a toro muerto una vez que aquella perdió su poder social amenazante, y, al contrario, desempeña a veces una función benefactora. La ofensiva atea se suele justificar en el inventado conflicto moderno entre un Dios idolátrico y la ciencia, en la creencia de que la irracionalidad de la fe religiosa que explotaba la puerilidad de las masas retrocede ante el luminoso avance de la razón.

El esteta Terry Eagleton pone brillantemente de manifiesto el carácter reaccionario de este tipo de posiciones en su libro Razón, fe y revolución (Paidós, 2012). La querella ciencia-religión es para él un constructo artificioso y dedica este libro a desvelar sus supercherías. Proveniente de Nietzsche y de Marx, ha comprendido lúcidamente que el nuevo ateísmo militante es una forma ideológica de la sociedad del espectáculo en el capitalismo avanzado, con tantos ignorantes devotos. Tras mis veintitantos kilómetros diarios del Camino de Santiago entre la ciudad y Fisterra, me resulta deliciosa la lectura de este librito en mi mochila escrito con sentido del humor, aun si -dicho sin presunción- añade poco a lo que uno ya pensaba al respecto y a veces había escrito aquí, incluida la expresión humanismo trágico de Eagleton como plena aceptación con todas sus consecuencias de la problematicidad humana. Se centra en analizar el ateo doctrinarismo militante de R. Dawkins y Ch. Hitchens -abrevia Ditchkens-, salvando el buen estilo del brillante periodista que fue Hitchens, su antiguo compañero trotskista. Con un sólido enfoque materialista, consciente de la indigencia espiritual de hoy, relaciona bien la forma atea y la delicuescente cultura dominante, y cree que puede hacerse algo aún contra la razón instrumental. Qué lejos están estas páginas de nuestra progresía.

Catedrático de Arte