Comentario: Este es un contundente testimonio de la política de avasallamiento de tierras de parte del sector hegemónico del gobierno, esto es los cocaleros, de cuyas federaciones es secretario ejecutivo el Presidente Evo Morales. Pero lo más importante es que Almaraz, ex viceministro de tierras de Evo Morales muestra la política colonial de apoderamiento de las tierras de Kandire por los agentes cocaleros del gobierno, desplazando económica y físicamente, a los dueños de esta tierra, la población de Pando, Beni y Santa Cruz el sector hegemónico aimara, establecido en el valle cochabambino y ahora dedicado a la destrucción de las bases económicas, territoriales, culturales de las etnias nativas y mestizas de la llanura.
06/04/2011 publicado por
Emilio Martínez
Bolivia ya tiene sus nuevos barones de la tierra, no afiliados a las tradicionales organizaciones agropecuarias sino a los sindicatos afines al partido de gobierno. La denuncia no proviene de ninguna fuente de oposición, sino del ex viceministro de tierras de Evo Morales, Alejandro Almaraz, quien acaba de advertir que ciertas“cúpulas del sindicalismo campesino, especialmente vinculadas al oficialismo, pretenden ser grandes concentradoras de tierras”. Estos nuevos terratenientes, dice Almaraz, “despliegan su consabida retórica antilatifundista y presionan, subrepticia pero intensamente, por acceder a la apropiación y al lucro individual de la tierra”. Habría que agregar algunos elementos de juicio obviados por el ex viceministro para entender cabalmente el fenómeno: sucede que estos sindicatos paraestatales tienen como principal función la ampliación de la frontera cocalera, es decir, la incorporación de nuevas tierras al cultivo de coca-para-cocaína. Se trata, entonces, de un cocafundio que ya desborda las zonas tradicionales de cultivo para internarse en parques nacionales y áreas protegidas, cubriendo parte de los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando. La lógica de acumulación de tierras de los cocafundistas no es la concentración geográfica sino la dispersión: en vez de buscarse grandes extensiones de tierras, se procura tener varias propiedades pequeñas en distintos puntos del país, lo que de alguna forma permite camuflar la jugada. Los cocafundistas son parte de la nueva oligarquía burocrático-cocalera gobernante, constituida sobre una suerte de pacto distributivo: capital administrativo (pegas públicas) para los culitos blancos y cocafundio para los más morenos. Mientras tanto, la política oficial de reversión (en la que tiene responsabilidades el ex viceministro Almaraz) permite incorporar nuevas extensiones al cocafundio, sirviendo al mismo tiempo como elemento de sanción y domesticación hacia los parlamentarios opositores poseedores de tierras: se expropia a los díscolos y se perdona a los funcionales…
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