Estimado Barack:
Al dirigirte esta carta lo hago fraternalmente y a la vez
para expresarte la preocupación eindignación de ver cómo la destrucción y
muerte sembradas en varios países, en nombre de la “libertad y la democracia”,
dos palabras prostituidas y vaciadas de contenido, terminan justificando el
asesinato y es festejado como si se tratase de un acontecimiento deportivo.
No buscaron detenerlo y juzgarlo por los crímenes
supuestamente cometidos, lo que genera mayor duda; el objetivo fue asesinarlo.
Cuando te otorgaron el Premio Nobel de la Paz , del cual somos
depositarios, te envié una carta que decía: “Barack, me sorprendió mucho que te
hayan otorgado el Nobel de la Paz ,
pero ahora que lo tienes debes ponerlo al servicio de la paz entre los pueblos;
tienes toda la posibilidad de hacerlo, de terminar las guerras y comenzar a
revertir la grave situación que vive tu
país y el mundo”.
Sometido a las veleidades e intereses de las potencias
dominantes.
La base fundacional de la ONU es la defensa y promoción de la paz y
dignidad entre los pueblos.Su preámbulo dice: “Nosotros los pueblos del
mundo…”, hoy ausentes de ese alto organismo.
Quiero recordar a un místico y maestro que tiene en mi vida
una gran influencia, el monje trapense de la Abadía de Getsemaní en Kentucky, Tomás Merton, quien
dice: “La mayor necesidad de nuestro tiempo es limpiar la enorme masa de basura
mental y emocional que atasca nuestras
mentes y convierte toda vida política y social en una enfermedad de masas. Sin esa limpieza
doméstica no podemos comenzar a ver. Si no vemos no podemos pensar”.
Eras muy joven Barack durante la Guerra de Vietnam; tal vez
no recuerdes la lucha del pueblo norteamericano por oponerse a la guerra.
Los muertos, heridos y mutilados en Vietnam hasta el día de
hoy sufren sus consecuencias.
Tomás Merton decía –frente a un matasellos del correo que
acababa de llegar, The U.S.
Army, key to peace, “El ejército estadounidense, clave de
la paz”–: ningún ejército es clavede la paz.
Ninguna nación tiene la clave de nada que no sea la guerra.
El poder no tiene nada que ver con la paz. Cuando más aumentan los hombres el
poder militar, más violan la paz y la destruyen.
He compartido y acompañado a los veteranos de guerra de
Vietnam, en particular a Brian Wilson y sus compañeros, quienes fueron víctimas
de esa guerra y de todas las guerras.
Si no reaccionamos para cambiar la situación actual de la
soberbia suicida, arrastrando a los pueblos a recovecos profundos donde muere
la esperanza, será difícil salir y ver la luz. La humanidad merece un destino
mejor.
Sabes que la esperanza es como el loto que crece en el
fango y florece en todo su esplendor mostrando su belleza. Leopoldo Marechal,
ese gran escritor argentino, decía que “del laberinto se sale por arriba”.Y
creo, Barack, que después de seguir tu ruta
equivocando caminos, te encuentras en un laberinto sin poder encontrar
la salida y te entierras más y más en la violencia, en la incertidumbre,
devorado por el poder de dominación, arrastrado por las grandes corporaciones,
el complejo industrial militar, y crees tener el poder que todo lo puede y que
el mundo está a los pies de los EE.UU. porque impone la fuerza de las armas, e
invades países con total impunidad.
Es una realidad dolorosa, pero también existe la
resistencia de los pueblos que no claudican frente a los poderosos.
Son tan largas las atrocidades cometidas por tu país en el
mundo que daría tema para largo, es un desafío para los historiadores que
tendrán que investigar y saber de los comportamientos, política, grandeza y
pequeñeces que han llevado a EE.UU. al monocultivo de las mentes que no le
permite ver otras realidades.
Sabes que
investigadores del trágico 11 de septiembre señalan que el atentado tiene mucho
de “autogolpe”, como el avión contra el Pentágono y el vaciamiento anterior de
las oficinas delas Torres; atentado que dio motivo para desatar la guerra
contra Irak y Afganistán y ahora contra
Libia; argumentando en la mentira y la soberbia del poder que todo lo hacen
para salvar al pueblo, en nombre de “la libertad y defensa de la democracia”,
con el cinismo de decir que la muerte de mujeres y niños son “daños
colaterales”.
La palabra vaciada de valores y contenido, por lo que al
asesinato lo llamas muerte y dices que por fin EE.UU. ha “muerto” a Bin Laden.
¿Será por ese motivo que el pueblo de los EE.UU. vive con
tanto miedo a las represalias de quienes llaman el “eje del mal”? El simplismo
e hipocresía de justificar lo injustificable.
Barack: mira para arriba de tu laberinto, puedes encontrar
la estrella que te guíe, aunque sepas que nunca podrás alcanzarla, como bien lo
dice Eduardo Galeano.
Busca ser coherente entre lo que dices y haces, es la única
forma de no perder el rumbo. Es un desafío de la vida.
Te deseo mucha fuerza y esperanza, y esperamos que tengas
el coraje de corregir el camino y encontrar la sabiduría de la paz.
Buenos Aires, 5 de mayo de 2011
Un día como hoy, hace 34 años, volví a la vida; tuve un
vuelo de la muerte durante la dictadura militar argentina apoyada por los
EE.UU., y gracias a Dios sobreviví y tuve quesalir por arriba del laberinto de
la desesperación, y descubrir en las estrellas el camino para
poder decir, como el
profeta: “La hora más oscura es cuando comienza el amanecer”.
Adolfo Pérez
Esquivel (n. Buenos Aires, Argentina, 26 de noviembre de 1931), es un escultor,
arquitecto y pacifista argentino. En 1980 recibió el Premio Nobel de la Paz por su compromiso con la
defensa de los Derechos Humanos en Iberoamérica.
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