viernes, septiembre 09, 2011

De la queja a la acción


De la queja a la acción
Necesitamos reaccionar 
Publicada:  8 septiembre 2011 
Milagros Romero Bastarrachea
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Muchos pensamos que la tan esperada transición democrática traería consigo un cambio automático del sistema de gobierno y, en consecuencia, una realidad que nos permitiera alcanzar los valores tan mencionados en todos los discursos políticos y en las clases escolares de civismo: justicia social, igualdad, honestidad, honradez, humanismo, transparencia, estado de derecho.
Pero la pulverización de poder que el voto diferenciado en las urnas generó, el descrédito de las reformas modernizadoras que nunca llegaron, la falta de claridad y capacidad de las autoridades en el poder, la permanencia del corporativismo el cual se ha incrementado, la permanente corrupción y la consecuente impunidad son la combinación tóxica que explica la parálisis que vivimos en este empantanado país.
Los políticos centran su interés en mantener el statu quo que el poder partidista les otorga; ninguno tiene la fuerza suficiente para cambiarlo porque siguen siendo beneficiarios del país tal y como está, sin la capacidad para construir una nueva coalición a favor de los ciudadanos, que cambie el estado de las cosas.
Lo peor es que nos hemos acostumbrado a que esto sea así. Nos resignamos a que los privilegios desmedidos y las rentas extraídas sean una parte inmutable de nuestra identidad nacional. No comprendemos que el adoctrinamiento político-educativo en México es la razón definitoria de nuestro rezago. Repetimos frases como: "No importa que robe, pero que trabaje", o acaso una peor: "Los héroes son los primeros que mueren". Ante este conformismo ciudadano obtenemos un Estado que ante los poderes fácticos, claudica; en vez de promover la competencia, la inhibe; y en vez de promover la justicia social, acaba siendo rehén de los intereses particulares o cupulares.
Necesitamos reaccionar y asumir que en un país donde el territorio es el cuerpo y los gobernantes y empresarios son el cerebro que ha guiado el rumbo, los ciudadanos somos el alma, el espíritu que vivifica, potencia y valida toda acción y decisión tomada, y en consecuencia debemos tomar nuestra responsabilidad y hacernos sentir ante el resto de nosotros como la parte esencial y vital que le da sentido a la labor que ellos realizan. Porque sin ciudadanos, ¿para qué queremos un gobierno? ¿Qué sentido tiene la política? ¿A quién regulará la ley y la economía si nos deslindamos de pertenecer a un sistema?
Somos la razón de la existencia de toda acción política y social, por lo tanto, nuestra opinión es la que debe prevalecer; por eso hoy venimos ante ustedes no emulando a nuestros políticos ni líderes falsos que nos piden seguirlos para que nos marquen el rumbo, sino como células sociales a invitarlos para que entre todos nos hagamos responsables del presente, para que juntos vayamos haciendo un camino más acorde con las necesidades de la comunidad, creando nuestros lineamientos de convivencia con las autoridades, ya que ellos sólo delinean las políticas públicas que son de su conveniencia.
Los partidos políticos se han alejado cada vez más de la gente, así que ahora los ciudadanos tendrán que salir a su encuentro y brindarles la mano para que recuperen el rumbo, vamos a decirles cuál es el Espíritu de este país y hacia dónde va el camino que no nos autodestruya.
Recordémosles que sin justicia no hay estado de derecho y sin derecho no hay paz social. Sin poder de decisión no hay libertad y sin ella brota la violencia.Sin tolerancia y respeto no hay coexistencia pacífica y sin ella surge la anarquía. Sin educación no hay formación y sin ella vamos perdiendo identidad.
Es urgente hacer un alto, hacer consensos, tomar las riendas, involucrarnos en las decisiones de fondo, dejar de seguir la ruta de los caprichos mediáticos de reyezuelos o princesas déspotas que nos gobiernan sin rumbo y a su antojo; dejémonos de alimentar de promesas huecas y palabrería que se repite sin cesar para llenar los silenciosos vacíos que harán eco de nuestras voces no escuchadas. Emprendamos acciones lógicas, racionales, trascendentes, seamos ese espíritu que se deje oír en el enfermo cuerpo que es este Estado invadido de injusticia social, sin proyectos reales y con enormes rezagos en todos los rubros necesarios.
El problema que enfrentamos no es este gobierno; afirmar lo contrario sería tan mediático como la respuesta que los políticos nos dan; el problema es el sistema político que no se ha modernizado de acuerdo con los tiempos que vivimos.
El más peligroso capo brasileño, Marcos Camacho mejor conocido como Marcola, en una entrevista desde la cárcel dada a la televisora O Globo de su país, expresó: "¿Solución? No hay solución, hermano. La propia idea de 'solución' ya es un error. ¿Ya vio el tamaño de las 560 villas miseria de Río? ¿Ya anduvo en helicóptero por sobre la periferia de San Pablo? ¿Solución, cómo? Sólo la habría con muchos millones de dólares gastados organizadamente, con un gobernante de alto nivel, una inmensa voluntad política, crecimiento económico, revolución en la educación, urbanización general y todo tendría que ser bajo la batuta casi de una 'tiranía esclarecida' que saltase por sobre la parálisis burocrática secular, que pasase por encima del Legislativo cómplice. Y del Judicial que impide puniciones. Tendría que haber una reforma radical del proceso penal de país, tendría que haber comunicaciones e inteligencia entre policías municipales, provinciales y federales" (nosotros hacemos hasta "conference calls" entre presidiarios...). Y todo eso costaría billones de dólares e implicaría una mudanza psicosocial profunda en la estructura política del país. O sea: es imposible. No hay solución.
Este hombre nos puso una montaña que escalar al frente. Sin embargo, en medio de su para él beneficioso pesimismo dio en el clavo con su receta de solución. ¿Que si es posible o no? Depende de nosotros, si estamos dispuestos a marcar el rumbo de la democracia, si estamos dispuestos a dar el primer paso hacia una mejor sociedad. Que no nos desanime el largo camino, Roma no se hizo en un día, en nuestra historia moderna y ante nuestros ojos se han hecho cambios asombrosos, desde la caída del sistema socialista hasta las movilizaciones sociales en medio oriente.
Por eso, con nuestro Movimiento Horizontal DHP Yucatán queremos hacer historias que cambien la Historia, pretendemos promover cambios de fondo, participar en toda propuesta ciudadana encaminada al bien común; apoyaremos toda acción que vaya en pro de los derechos humanos, la justicia social y las reformas estructurales que den fuerza al estado de derecho pero con humanismo. Nos uniremos y promoveremos proyectos ya sean de personas, organizaciones o de políticos, siempre que los beneficiados sean los ciudadanos y dichos beneficios sean trascendentes para el bien común.
No somos un movimiento partidista, denunciaremos o coadyuvaremos a todo político sin importar su filiación. Somos un movimiento político, porque creemos que esta postura es inherente a nuestra condición de comunidad. Creemos en la participación ciudadana como antídoto para esta nuestra muy enferma democracia y les invitamos a ser más que testigos, protagonistas en la cimentación de nuestro presente y edificadores de un mejor futuro. Ven, te invitamos a pasar de la queja a la acción.- Mérida, Yucatán.
milyromero@hotmail.com
*) Empresaria y activista ciudadana

estas cordialmente invitad@ a visitar
http://humanismochane.blogspot.com
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